extra

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Moana se encontraba en la orilla de una roca muy alejada del pueblo pero muy cercana al mar, observaba la puesta de sol muy sumida en sus pensamientos, cerro sus ojos al sentir como la brisa salada golpeó suavemente contra su rostro, al abrir los ojos un bulto apareció junto a ella, sin Voltar a verlo sonrió de una manera algo nostálgica

-¿Tanto la extrañas?- pregunto la persona que se encontraba a su lado

-Demasiado...

-je...no sabía que eras tan...emocional

-¿A qué te refieres con eso, piensas que no tengo sentimientos?

-pues siempre te veo enojada...- Moana solo rodó los ojos sin quitar la vista del horizonte que poco a poco iba tomando colores más oscuros dando lugar a un manto estrellado y una gran luna llena

-¿Cuánto tiempo más planeas quedarte aquí?

-Maui...si tanto te molesta puedes irte...te alcanzaré después

-yo solo quiero verte sonreír...- al darse cuenta de lo que dijo empezó a tartamudear que era "un malentendido" con un ligero sonrojo, Moana lo miraba divertida sin decir ni una palabra mientras que él no la miraba a la cara

-...Gracias Maui, era justo lo que quería escuchar- le regaló una sonrisa sincera a lo que él solo se limitó a gruñir y a susurrar un "por qué no lo pedio desde hace horas..." La morena, quien ya se había levantado camino al pueblo logro escuchar lo que él semidios dijo.

-Maui- replicó a sus espaldas y él solo se tenso un poco, con temor volteó lentamente y al hacerlo sintió miedo, ella se acercaba lentamente a él con una cara de pocos amigos, al estar cara a cara, Moana soltó una carcajada.

-¿Y ahora de que diablos te ríes?

-Debiste ver tu cara!! Tranquilo, no muerdo...-se acerco lentamente hasta su oído susurrándole -a menos de que tú me lo pidas- esto último hizo que Maui se tensara y que una sonrisa pícara se formará en sus labios.

Sin previo aviso tomo a Moana de la cintura y la atrajo hacia él

-Quien diría que una "princesa" cómo tú tuviera esos modales

-Ma..Maui?..- se sonrojo al sentir como la mano del semidios bajaba lentamente por su espalda, con la otra mano la tomo del mentón y la besó dulcemente con un toque de pasión, está tardo un poco en responderle enredando sus brazos al rededor del cuello de Maui mientras que sus manos jugueteaban con su cabello.

Maui la sentó sobre sus piernas, sintiendo la piel de uno rozar con el otro, pues el traje de Moana dejaba el abdomen libre. Poco a poco el bajo sus besos dirigiéndose al cuello de la chica haciendo que soltará leves suspiros, esto le indico al semidios que siguiera con su tarea.

Las grandes manos de él acariciaban las piernas de la joven jefa de la aldea subiendo lentamente hasta los muslos.

-Maui...debemos parar...alguien podría ver....ah...- gimió cuando sintió una mordida sobre su cuello.

-No se parece que quisieras detenerte, princesa- le contento de manera ronca y pausada. Moana echó la cabeza hacia atrás al sentir su intimidad rozando con la de ella. -anda, dime que pare y lo haré...

El semidios la tomo de las caderas e hizo que se rozaran más provocándole que gimiera más. Poco a poco metió su mano dentro de su ropa tocando su pecho. -Sabes que puedo hacerte mía justo ahora, sólo dilo- le pidió él, la joven abrió los ojos y miró sorprendida los de él, estaba sonrojada y con los labios algo hinchados producto de haberse mordido intentando retener sus gemidos.

-ha..hazlo...- Al escuchar eso, es semidios la beso más apasionado y la coloco debajo de él de manera que el sostenía sus muñecas a la altura de la cabeza de ella, quien se sentía indefensa, el se rozaba cada vez más con ella mientras comía su cuello a besos y mordidas.
Moana por su lado, ya nada le importaba, estaba tan sumida en su mundo, en donde sólo existían ellos dos, incluso gritó su nombre sin importar lo demás.
Maui la tenía a su merced, sonrió internamente, le depósito un tierno beso en los labios y se separó de ella lentamente, al estar de pie, la dió la mano para ayudar a levantarla del suelo, ella solo lo veía confundida.

-¿Crees que puedes burlarte en mi cara sin recibir un castigo, niña?- le dijo Maui con su típica sonrisa que tanto lo caracteriza

-¡¿Que diablos...- Maui la hizo callar poniéndole un dedo sobre sus labios

-¡No íbamos a hacer nada aqui!

-Eres un...

-...Tipo irresistible? Lo sé pequeña, ahora vamos a cenar muero de hambre- Empezó a caminar en dirección al pueblo, Moana seguía parada sin entender lo que había pasado, pero sin duda se lo haría pagar...y muy caro.

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Notas de la autora:

No creí que esta historia iba a tener varias visitas o comentarios, les agradezco mucho sus comentarios, y pues según yo, ya había terminado la historia, pero al ver que me pedían continuarla...no se me ocurrió otra cosa que darles un extra, espero que les haya gustado, cualquiera cosa háganmelo saber n.n nos leemos luego :D

Cuán lejos voy...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora