42

1.5K 131 61
                                    

—¡VOY A SACARLE LOS PULMONES CON LAS GARRAS!
—grito rabioso, dándole un golpe a la pared.

—Isaac. Para. Ya.
—le dijo Liam, tratando de tranquilizarlo.

—¡ME CALMO UNA PUTA MIERDA! ¡ELLOS TIENEN A STILES Y NOSOTROS AQUI COMO IDOTAS SIN HACER NADA!

—¡BASTA!
—rugio el Beta más pequeño con los ojos llenos de lágrimas.
—No eres el único que la está pasando mal. Yo también quiero ir por Stiles. Pero entiende que no tienen ningún jodido indicio de dónde está.

—Liam tiene razón, debes relajarte Isaac. Resolveremos esto. Te lo prometo.
—le dijo Érika con una mano en su hombro.

El ojiazul la miro con los ojos llenos de lágrimas y la rodeo con sus brazos sollozando en su hombro.

—Debi haber estado con el. No tendría que haberlo dejado solo. Podría estar muerto, Érika. Dime, ¿Que hago si es así?
—sollozo tan destrozado, que Érika sintió como el corazón se le rompia en mil partes.

—No es tú culpa. No es de nadie.
—murmuro abrazándolo más fuerte, mientras le acariciaba la espalda.
—vamos a encontrarlo. Stiles es jodidamente fuerte y se que está bien.
—Voy a matarlos.
—gruño.

¿Cómo se atrevían? ¿Cómo se atrevían a tocar a su pareja, a lastimarla?

(...)

—Stiles.
murmuro una voz rasposa moviéndole el hombro.
—Vamos pequeño, despierta.

—¿Derek?
—murmuro abriendo los ojos, alejándose de el.

—Logre traerte esto, ten.
—dijo pasándole una manta azul por encima, arropandolo.

Tomo su mano y dejo una pastilla en su palma junto a una botella de agua y una toalla húmeda.

—¿No comiste nada?
—pregunto preocupado, viendo que la comida de ayer estaba intacta.

—Despues de la escena que hiciste no me entraron muchas ganas de comer.
—dijo con los ojos lagrimosos.
—Quiero irme de aquí, Derek. Porfavor.
—le rogó, mirandolo con esos grandes ojos Bambi llenos de lágrimas.

Había comenzado a tener movilidad en la cadera, y no sabía si era peor o mejor, porque le dolía a cada movimiento. Sus piernas seguían sin funcionar.

—Estoy intentándolo Stiles. Te lo juro. Pero no es fácil.
—se relamio los labios y le tomo el rostro con las dos manos.
—me injectaron una droga. Braeden lo hizo, ¿de acuerdo? Posee la cantidad justa de muérdago y aconito como para dejar sumiso a mí lobo y vulnerable a cualquier orden. Tengo momentos de lucides, pero son pocos. No puedo quedarme contigo, no puedo arriesgarme a dañarte más.
—le beso la cabellera castaña dejando posar sus labios unos segundos ahí.
—voy a tratar de sacarte de aquí con todo lo que tenga, ¿de acuerdo? Tu solo resiste. Prometeme que aguantaras un poco más.

—Te lo prometo.
—le dijo, mirandolo a los ojos. Pero cuando estuvo a punto de irse le tomo la muñeca mirándolo con desespero.
—¿Podrías...podrías hacerle saber a Isaac que estoy bien? ¿Podrías decirle eso a la manada?

—Lo intentaré.
—pero no podía negar que su corazón se había roto un poco.



(...)



—¿¡Que sucedió!?
—grito Malia, viendo a Lydia ser rodeada por Scott, llena de miedo y con la mirada ida, presionando un objeto contra sus manos.

—Entraron a su casa.
—gruño el Alfa viendo el estado de su amiga, mientras la sentaba en el sofá y se ponía de cuclillas enfrente suyo.
—Ey, Lyds, reacciona.

《Sentimientos》StisaacDonde viven las historias. Descúbrelo ahora