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Sus manos recorrieron suavemente su quijada en la necesidad de una asimilación que su subconsciente pedía a gritos.

Tenía que relajarse, sabía que nada fuera sería lo mismo que cuando recién ingreso. Se mantenía consciente que las personas, los lugares y gustos de todos habrían cambiado. Sin embargo, a pesar de sentirse entusiasmado por el hecho de volver a salir de aquellas paredes a las cuales se había acostumbrado -y que ya había llegado, inclusive, a tomarle afecto-; existía un miedo que se manifestaba con mayor intensidad al recordar las palabras que su hermana le dijo la última vez en la que mantuvieron una coversación que no fuese dirigida bajo un: "¿necesitas más dinero?".

Su voz diciéndole todos aquellos datos "clave" sonaban repetidamente en su cabeza, generando tras estas un eco que insistentemente generaba en él un temor, ant5e el inminente hecho de perder todo lo conocido y lo amado.

Aspiró suavemente un poco del aire pesado y oloroso que caracterizaba tanto a la prisión. Con su mirada fija en la silla vacía frente a él y su atención centrada en alguna parte del espacio, esperaba el sonido de la puerta que inicaba el fin del ciclo ahí dentro. Y no deseaba irse pronto para olvidar, porque había logrado generar buenos recuerdos dentro, pero deseaba ir de regreso con su familia para ver todo lo que había sucedido en su ausencia.

El primero de los cambios se vio cuando una de sus hermanas le recibió con dentadura perfecta y blanca cual actor de televisión, además del tinte color tabaco que ocultaba su castaño natural y, un par de perforaciones hechas en su rostro -como nariz y cejas- y oídos.

—No lo puedo creer.— Dijo la menor mientras se aferraba al cuerpo de su hermano, quien sonreía al igual que ella. Ambos retenían las lágrimas debido a que no consideraban necesitar un momento sentimental, aunque aquel pensamiento se debía muy probablemente a que ese no era tiempo, ni el lugar para uno. —Dios, Zayn. Te he echado tanto de menos.

—Y yo a ti. Tan sólo mírate, eres toda una mujer, totalmente irreconocible. ¿Dónde se fue mi hermana con frenos y complexión extremadamente delgada que únicamente se teñía el cabello de colores extravagantes y6 fantaseaba con boy bands?

La chica sonrió mientras se separaba y lo miraba manteniendo esa misma sonrisa de entusiasmo que ambos se dedicaban en travesuras, y bajo comentarios inapropiados como lo eran aquellas burlas que su madre reprehendía del conocimiento todos los demás hermanos.

Mejor que nadie, sus hermanas, sus padres y familiares más cercanos sabían que ahora que él estaba fuera la familia Malik volvía a estar completa. Sin embargo, para Zayn, aún faltaba aquel chico que durante una temporada lo visitó. Necesitaba encontrar al irlandés para integrarlo nuevamente al círculo familiar al que ya todos lo asociaban. Ya que aplicando una de las frases célebres de la abuela: "la familia siempre será familia", y guiado bajo aquella frase célebre pensaba reintegrarlo en la próxima reunión familiar que se realizara.

En cuanto uno de los recuerdos de aquellas cenas junto a toda la familia se materializó, no perdió tiempo alguno en preguntar por aquel chico, por saber lo que había pasado con él. Sin embargo cada vez que abordaba el tema, su hermana evitaba las preguntas realizando comentarios sobre lo que había sucedido con todos ellos en su ausencia, lo cual, más tarde que temprano acabó por hacer que el moreno olvidara lo que estaba preguntando en un principio.

—Mamá me ayudó a limpiar tu casa una semana atrás.— Dijo tras abrir la puerta de entrada y permitirle el paso al que en un tiempo fue su apartamento.

Todos los recuerdos que mantenía nítidos en su mente parecían ser ya las cenizas de aquellas memorias que en las noches desoladas y momentos de inconsciencia suelen revivirse. Estas memorias lograban ser lo que Zayn observó por mucho tiempo en varios de sus pacientes con depresión: un único y desesperado recurso que hacía olvidar a la persona su realidad insípida e imprecisa. Los recuerdos de todo lo que se vivió junto a aquel chico, -que en ese momento se veía ausente ahí- parecía hacerse presente en cada objeto de la sala; desde el almohadón con la mancha sobre la parte trasera del cojín que él mismo había hecho al intentar manchar al irlandés cuando pintaron por última vez el apartamento, hasta el tapete del suelo que Niall con mucho entusiasmo eligió.

Armemos esto otra está vez [Z.H]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora