Levantó su lata de refresco manteniendo una sonrisa y tras recitar las palabras con las que él deseaba brindar consigo mismo: "Por una vida buena y un futuro placentero", bebió de golpe lo que quedaba al final de aquella lata. Manteniendo aquella misma expresión de alegría tomó otra lata del refrigerador y se dirigió de vuelta al comedor. Esta vez, cuando se sentó frente al castaño lo observó detenidamente. Sus labios se encontraba levemente rojizos, por lo que pensó en el humectante de labios sabor cereza que usaba con frecuencia; sus mejillas estaban levemente coloradas y sus pestañas se veían en perfecta armonía con el color de su cabello. Todo en su rostro se mostraba impecable, inclusive su barbilla, la cual se veía limpia de toda imperfección.
Inconscientemente se estaba dejando fascinar nuevamente por aquellos ojos azules, haciendo que estos tomaran poder de sus pensamientos, induciéndolo idear en lo mucho que amaría despertar la mañana siguiente y verlos frente a él para así poder sonreírle y susurrarle a su propietario lo mucho que le fascinaban, mientras que con un tacto suave y delicado le acariciaría su barbilla. No lo decía pero deseaba revivir las mañanas que ambos por mucho tiempo vieron juntos a través de aquellas cortinas de color celeste.
En su mente sus pensamientos le rogaban por un abrazo más y sus deseos gritaban por nuevamente permitirse ver aquel lunar que únicamente él podía portar en su hueso de la cadera con tanto estilo; se abstenía a todos aquellos pensamientos, deseos e ideas por miedo a hacer pensar al castaño que estaba queriendo aprovecharse de él y su amabilidad.
-Por futuras aventuras sexuales pero no maritales.- Comentó mientras levantaba la lata recién abierta.
El irlandés soltó una risa tan estrepitosa tras su comentario, que su voz sonó en cada rincón del corazón del mayor y de la casa, generando una sonrisa enorme en su rostro que resultaba imposible de desaparecer. Se sentía conmovido por la sensación de ternura que generaba en él, era como si poseyera una clase de hechizo que lo ataba a protegerlo y no dejarlo marcharse. Sin embargo, aunque Niall desconocía que Zayn creía eso de él -y mucho más- eso no le impedía al inglés pensar y analizar lo que quisiera del menor. Una de las tantas cosas en las que pensaba frecuentemente -y que había analizado en el pasado- era que Niall poseía el arma de doble filo, la cual era la ternura y ese sentimiento de sobreprotección que generaba el verlo, el cual había usado tanto de manera involuntaria como intencionalmente para obtener cosas que necesitaba o quería.
El moreno inconscientemente puso su mano sobre la del rubio y la apretó ligeramente, diciendo en el silencio un: "estoy y sigo aquí". Sin embargo, él no comprendía que no era necesario hacerlo porque el castaño sabía perfectamente que él había estado ahí con él en el principio, inclusive se podría decir que desde el momento en el que sus miradas coincidieron aquella mañana en aquel bar.
-Ojalá así fuera.- Comentó el irlandés a la par que apartaba su mano y le daba un sorbo a su bebida que no lograba terminar desde la cena.
-Ojalá.- Replicó el moreno sin desear entrar en reflexión de lo que había querido decir. -¿Recuerdas cómo fue que nos conocimos?
El inglés no creía mucho en el destino, después de todo, él tenía un dios en el cual debía creer como intercesor de los acontecimientos de las vidas humanas, por ende, de vez en cuando en sus "crisis de fe" -que era como su madre le solía denominar a los momentos en donde su fe tambaleaba- cerraba los ojos y en voz baja pensaba en uno de los milagros más hermosos que su dios le dio alguna vez: conocer al irlandés. Si bien era cierto, la manera cliché en las que ambos se encontraron y los temas comunes de los que hablaron no fueron impedimento para que sus almas se fusionaran de tal manera que acabaran por crear una perfecta armonía.
Niall frunció el labio y apartó su mirada. No fue por reflejo de ser cohibido, por el contrario Zayn había notado que esa pregunta lo había incomodado un poco.
-¿Está todo bien?
-Sí, lo que sucede es que...- Sus ojos se cerraron lentamente hasta el punto de hacer pensar al mayor que estaba buscando las palabras adecuadas para decir lo que pensaba. Se notaba incómodo. -es extraño volver aquí y hablar sobre lo que compartimos. No es como algo que comúnmente haga. Ya sabes cómo soy respecto a estos temas. Si me voy es para no volver.
Zayn miró detenidamente los tatuajes de sus manos y guiado por la ansiedad -en un instinto desesperado por relajarse- de no saber si lo que diría daría por finalizada la cena acarició sus muñecas y delineó cada parte de sus tatuajes con sumo detalle.
-Igual para mí hasta cierto punto me resulta extraño, estar aquí contigo... Con el chico que una mañana conocí en aquel bar.- Bajó la mirada y abrió los labios mientras lentamente se dejaba envolver por todas aquellas frases que espontáneamente llegaban a su mente en momentos como ese. -Porque si soy sincero cuando te vi de nuevo, me sorprendió hasta cierto punto notar como tus dientes se han arreglado siendo que por mucho tiempo dijiste amarlos y no querer modificarlos; el notar cómo los barros y espinillas causados por nuestra alimentación de pésima calidad han desaparecido.- Sonrió y soltó una corta risa al recordar los domingos por la tarde en los cuales se acostaban en el sillón frente al televisor y devoraban casi todo lo que había en la cocina. -Estás tan cambiado físicamente que hasta cierto punto siento como si estuviera cenando con alguien más, a pesar que sigues siendo el mismo en el fondo.- Al notar las lágrimas de nostalgia que el rubio y él buscaban retener, sonrió débilmente. Sabía que Niall aún lograba recordar todos esos momentos juntos casi de la misma manera en la que él lo hacía. -Sin embargo, a pesar de todo lo que ha pasado, aquí estoy. En el mismo lugar donde vivimos, en donde vimos crecer y encoger nuestros sueños, donde muchas de nuestras promesas se rompieron y otras se hicieron. Te mentiría si dijese que no es extraño y nostálgico para mí estar aquí, pero si me preguntas qué sería lo peor, bien, esa respuesta creo que lo puedes deducir.
El rubio le dedicó una mirada indescriptible, sus ojos no parecían sentir algo, contrario a su comportamiento corporal que demostraba ansiedad y nostalgia. No sabía si tenía melancolía, culpa u otra cosa. Le resultaba imposible interpretarlo.
-¿Sería tan egoísta que no quisieras no estar aquí? ¿Estaría mal que tu vida hubiese continuado sin mí?
-Sí, bueno, no sé, tal vez no... Nunca me hice esa pregunta antes.- Miró el plato vacío frente a él. Su ansiedad de cierta manera pudo ser desviada al centrar su mente en los ojos del castaño, quien se mostraba impaciente por una respuesta concreta. -¿Por qué la pregunta?, ¿tú lo consideras injusto?
-Simplemente quería saber qué pensabas, no es la gran cosa. Y no, no sería injusto porque tenemos derecho a continuar con nuestras vidas. Mi vida no termina y empieza por ti, ¿no es así?
-Supongo que tienes razón.
-¿Pero sabes algo? No creo que tuvieras tanta suerte, es decir, mírame. Soy todo un bombón y casi todo mundo me ama. Tus padre me adoraban, Greg y mis padres me aman al igual que mis compañeros de trabajo e inclusive casi todas tus hermanas lo hacían.
El moreno soltó una risa mientras negaba y dejaba escapar una lágrima por la risa que su comentario había generado. Frenó el recorrido de aquella gota con la manga de su playera.
Sus miedos y presiones parecían desvanecerse. Nuevamente volvía a sentirse seguro con él y como si fuera por arte de magia retomaba aquella confianza que por mucho tiempo fingió tener.
-Si no mal recuerdo siempre sueles pisarle los pies a las personas con las que bailas, aunque, no puedo negar lo de ser un "bombón" y ser amado por casi todos. Eso es tu encanto y tu maldición y tú mejor que nadie lo sabes.
-No hay mal que por bien no venga.- Remató con una sonrisa.
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Armemos esto otra está vez [Z.H]
FanficDespués de varios años en prisión tras cumplir su condena Zayn decide ir a buscar al chico con quien compartió parte de su vida antes de ser arrestado.