Varios años atrás
Narra Percy
-A esta obra la llamo, "Noco en cuatro" y es una mesa- explicó la Dani.
Aguanté una carcajada y miré a Nicole que se notaba molesta, bastante molesta. Puse mi mano sobre su hombro intentando calmarla, pero me miró fríamente y se fue del salón de exposición.
-Yo voy- dijo Cata yendo tras los pasos de nuestra Hermana.
-No entiendo por qué le molestó tanto- comentó la Cam cruzada de brazos.
-Tampoco yo, es una humorada- encendió su cigarro de puta la Kaly.
-¿Es necesario hacer esto aquí?- pregunté molesta.
-Ay, le poni color, igual que la Noco con la huea de la mesa.
-Apaga esa mierda, ahora- le exigí.
-Oblígame- me retó tirándome el humo en la cara.
Me puse frente a frente con ella, podía sentir su respiración agitada. Con mi dedo índice y pulgar apagué du cigarro, a pesar de eso, ella no me dejó de mirar. Fijó su mirada en mis labios y yo en los de ella, jamás lo diría en voz alta, pero por alguna razón me parecían tentadores, más que nunca y eso que llevamos más de 100 años juntas.
-¿Se puede saber qué mierda están haciendo?- preguntó con molestia la Cam.
Ambas nos separamos, incómodas con lo que acababa de pasar.
-Voy a buscar a las niñas- dije antes que la Kaly y me fui, nerviosa y confundida ante mis sentimientos irracionales.
Las vi a las dos conversando afuera de la galería, sabía que en ellas dos podía confiar. A la Cata siempre le han gustado las vaginas y la Noco, bueno, es la Noco.
-¿Y tú?- me preguntó la Cata sonriendo.
-Hola- saludé y me senté a su lado.
-¿Qué te pasó?- preguntó la Nicole y yo suspiré.
-Casi le doy un beso a la Kaly- confesé y para no ver sus caras, me tapé la mía con ambas manos.
-Eso no me lo esperaba- dijo la Nicole y escuché como hizo sonar sus dedos.
-¿Qué?- preguntó la Cata sin creerlo-¿Te gusta la Kaly?
-No- contesté rápidamente y dudé ante la pregunta, pero después volví a contestar más segura- No, no me gusta hueon, qué chucha. Solo casi le doy un beso.
-¿Y ella qué hizo?- preguntó la Nicole.
-Actuamos casi igual, con la diferencia que yo escapé, como una vil maraca.
-Ay, pero no pasó nada, o sea, solo fue como la tentación- dijo la Cata quitándole peso al tema.
-Pero igual, 100 años de amigas/hermanas para agarrarnos a besos, no, qué atroz.
-Cállate- dijo la Noco y se puso de pie mirando por el ventanal- vienen las niñas.
-¿Vamos?- dijo una vez afuera la Kaly, me miró de reojo y fuimos hasta el auto.
-¿La Dani?- preguntó la Cata.
-Se quedó a una reunión, la Camila se quedó con ella- contestó la Mafe.
Asentimos todas y caminamos hasta el auto que estaba estacionado cerca de la galería. Volvimos a la casa y cada una fue a su habitación. Yo me quedé en la cocina para buscar unas galletas, sentí unos tacos resonar, me voltee y vi a la Kaly parada de brazos cruzados.
-Hola- saludé extrañada.
-Dejamos algo inconcluso en la galería- dijo caminando hasta mí.
-¿Qué cosa?- pregunté extrañada por su actuar.
Agarró mi cintura, acercándome a ella y mezclando nuestros alientos por segunda vez en el día. Su mano delgada con uñas pintadas de color rosado pálido se posicionaron en mi nuca y ella se acercó a mí. Cerré los ojos por mera inercia.
(...)
-Sofía, eri una enferma- se quejó la Dani- pero qué lindo que soñaras con que soy una artista.
-Eres la artista de mi corazón- dijo la Mafe coqueta y ella le guiñó un ojo.
-Niñas, es mi sueño- me defendí.
-Eso pasa cuando comes tortilla antes de dormir- comentó la Cata y la miré mal.
-No eres precisamente la mejor como pa decir eso- dije y ella alzó las manos en son de paz.
-Entonces, ¿cómo terminó?- preguntó la Kaly interesada.
-Ahí, después desperté.
-Enferma y fome, más encima- dijo la Camila yéndose de la sala.
Las demás se comenzaron a ir, inclusive la Kaly. La verdad es que no terminaba así el sueño, el final me lo guardaré para mí y con solo recordarlo, me provoca una sonrisa y que muerda mi labio inferior.