Risas inundaban la habitación, pero no era por su bebé. Lovinare estaba hablando por skype con alguien.
Ambos se estaban riendo por chistes internos ya de hace meses. Y estaba bien que hicieran eso, ¡hace tiempo que Lovinare no hablaba con Francesco! Y no se refería a su ex/probablemente pareja, estaba hablando de un adolescente.Nare se había quitado los audífonos, pues ya habían comenzado a dolerle los oídos, por lo que tuvo cuidado de no poner el volumen tan alto como para despertar a su hijo.
—Me alegra poder hablar contigo de nuevo, Francesco. Hace tiempo que no reía hasta que me doliera el estómago —Lovinare se limpió una pequeña lágrima. Ah, mierda, quería tanto al chico.
—¡No es nada! Los domingos son mis shows, ¡por eso tengo que ser extra gracioso! ¡En especial si se trata de alguien tan importante! —La voz del rubio incluso se escuchaba divertida.
—Oh, Dios. ¿Cómo que alguien importante? ¿Es que acaso ya no soy especial? —Nare puso su mano izquierda en su pecho, para poner dramatismo—. No, ya nada. Quiero el divorcio.
Y el niño explotó en carcajadas, Lovinare no tardó en unirsele.
¿Cuánto tardaron para calmar la risa? ¿Tal vez un minuto? ¿Tal vez cinco? No los contó, sólo estaba teniendo un buen momento.
—De que nos fuimos a los chistes directamente se me olvidó preguntarte, ¿qué tal has estado? ¿Ahora de qué trabajas? —Francesco preguntó distraídamente, Lovinare vio que se estaba moviendo a su cama.
... ¿Qué tal había estado? Siempre estaba la opción de mentir y decirle que bien pero él era una de las personas con las cuales no podía hacer eso.
Nare suspiró y se acostó boca arriba en la cama. Se quedó viendo el techo.—Podría decirse que no es tan malo. Siendo honesto, en estos momentos podría estar llorando.
—¿Ah? ¿Por qué dices eso?
—Es que han pasado muchas cosas desde la ultima vez que hablamos...
Tomó aire. Y habló.
Habló de que había llegado a tener un crush en un viejo amigo. Habló de que ya por segunda vez en este año, el tipo había desaparecido sin decir nada. Habló sobre la primera ocasión en que su ex se presentó en su casa y la segunda, donde ya no había rencor pero si necesitaba unos cuantos días para aceptar su disculpa. Habló sobre que estuvieron viviendo juntos en Nápoles. Habló sobre que estaban viviendo juntos en Venecia. Habló sobre que estaba sintiendo algo por él nuevamente.
Lovinare sabía que no podía simplemente ir y decírselo todo. Era un chiquillo.
Pero Lovino no estaba. No podía hablar con Francesco, su ex, sobre todo eso. Sus hermanas lo odiaban. A Dagmar no le quería molestar.Lo único que le quedaba era Francesco, el niño no tan niño con quien hablaba en skype.
Hubo más cosas extras de las que habló para hacer un esfuerzo por no llorar al derramar todos sus sentimientos ante alguien. Habló sobre sus tatuajes. Habló sobre sus sueños.
Y no tenía más que contar.
Lovinare había vaciado todo el miedo, las emociones, el llanto en otro humano. Alguien a quien casi consideraba como mejor amigo. Nare nunca se había sentido tan liberado de una carga. Era como si volviera a ser humano nuevamente.
Secó sus lágrimas con las mangas de su suéter.
Justo no quería llorar, pero en cierto momento lo había hecho sin darse cuenta.
—... A ti te pasan mil cosas siendo un humano y yo apenas puedo decirte que tengo dos nuevas cobayas.
Nare hizo un pequeño sonido nasal para contener una risa. Sabía que Francesco no estaba minimizando sus problemas y que al contrario, prefería no decir o preguntar algo más sobre el tema que pudiera lastimarlo.
—¿En serio? Me gustaría verlas.
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Dejame Ser Libre
ContoLovinare. Su nombre era la ruina. Y él siempre la traía a los humanos. O: Pequeñas aventuras de mi prostituto que siempre terminan en un "Safe", "Good end" y "Bad end". Advertencia: Muchos OC's. Todo esto tiene que ver con una cuenta de rol de 2p!Ro...