Rasguños de propiedad.
Habían pasado dos semanas desde que Katsuki se acomodó en aquella "mansión".
Y aunque todavía seguía siendo difícil para ambos híbridos congeniar ellos habían creado horarios imaginarios los cuales procuraban seguir.
Cada que Todoroki terminaba de ver la televisión Bakugō la tomaba y se ponía cómodo o al momento de bañarse esperaban su turno, lo que sea por no toparse el uno con el otro y ver al contrario desnudo, aunque a Katsuki no podía importarle menos aquello.
Midoriya al ser estudiante y pasar el día en la escuela o estudiando en su habitación no era consciente de la situacion que vivían sus amigos.
Aunque para Bakugō ya comenzaba a aburrirle aquella situacion, extrañaba pelear con alguien, correr por la comida robada y el aire fresco.
Si bien podía irse de la casa cuando quisiese optó por la opción de molestar al otro híbrido que vivía con él.
- Todoroki-kun, Kacchan... Ya me voy. - Aviso el peliverde, Todoroki fue a despedirse de él mientras Bakugō los miraba suspicaz de lejos.
No había que ser inteligente para notar que entre esos dos existía algo más que una relación de mascota y dueño.
Su estómago se revolvió por sus pensamientos, sacó la lengua asqueado y se dirigió a la cocina tratando de calmar las náuseas.
Lleno su boca con frituras que había en la alacena furioso tratando de calmar ese sentimiento extraño que nunca había sentido. Sin duda no era su pasatiempo ver a parejas mimarse todo el día.
Su cola se movía bruscamente de lado a lado mientras masticaba duramente.
- Midoriya ya se fue. - Habló Todoroki detrás de él entrando a la cocina.
Bakugō casi se ahoga con la comida en su boca, mastico por última vez y trago pesadamente mirando feo al heterocromatico.
- No me importa. - Y salió de la cocina aún con hambre dirigiéndose a su ahora habitación.
Estrelló la puerta tras de él, tomó aire profundamente para calmarse pero le fue imposible, reprimió un grito mordiendo su almohada, necesitaba ser brusco de nuevo, era como un síntoma de abstinencia.
Pensó en Todoroki y Midoriya abrazándose en la puerta, soltó un gruñido, sonaría patético pero el también quería pareja, pero por otra parte pensaba que era estupido pues solo tenía 14 años. No sabía si era a causa del famoso celo que supuestamente tenían los de su especie, pero siempre ignoraba aquello y parecía que al por fin tener contacto con alguien, el celo venía a cobrar la deuda de reprimirlo.
Miro la habitación y sonrió malicioso.
Después de unos golpes, gritos y patadas salió de la habitación ya tranquilo pues se había desahogado después de dos semanas.
Se dirigió a la sala donde se encontraba Todoroki en viendo la tele un programa de héroes.
Se burló con una pequeña risa llamando la atención del heterocromatico quien lo miro serio.
- ¿Terminaste tu berrinche? - Preguntó serio el mayor.
Bakugō se mordió la lengua y gruñó.
- ¡No hacía ningún berrinche, idiota!- Tomo un cojín y se lo lanzó en la cara. - ¡Solo tenía que desquitarme con algo ya que no te puedo destruir a ti!
Todoroki alzó la ceja confundido, sus orejas se movieron al igual que su cola mostrando enojo, se levantó del sofá y se dirigió a su habitación a grandes pasos seguido de un Bakugō burlesco.
-Arruinaste mi cuarto. - Dijo seriamente Todoroki con la voz algo pesada después de ver toda la habitación deshecha.
- Nuestro. - Corrigió el rubio. - Lo decoré.
- Lo arruinaste, ¿por qué trozas te también las cortinas? Midoriya se va a enojar. - Miró molesto todo a su alrededor.
Bakugō rodo los ojos al escuchar el nombre de Midoriya salir de los labios del mayor... De nuevo.
- Yo rasguño todo lo que es mio, idiota. - Gruñó y salió de la habitación con una sonrisa que nunca había visto y no sabía descifrar, dejando al mayor sin habla.
Todoroki recordó la primera y última pelea que tuvo con Bakugō en donde resulto rasguñado del brazo.
Las mejillas del mayor se pintaron carmín de solo recordarlo.
.....
Kk.
☆☆☆
Primera publicación: 20 de noviembre del 2017
Editado: 4 de octubre del 2021
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Salvaje. [TodoBaku]
FanfictionNo era raro encontrarse a personas mitad animal mitad humano deambulando por la calle. Lo que era raro era ver a alguien adoptandolos. Bakugō no era mas que un semi-gato salvaje el cual fue salvado de vivir en la miseria. Y ahora tendría que compart...