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Después de un par de meses Bakugō se había calmado un poco dejando su rebeldía adolescente de lado para pasar al siguiente escalón.

A esa edad comenzaba a producir las feromonas suficiente para llenar la casa con su olor. Aunque solo Todoroki podía olerlas y nunca mencionaba nada de aquello, siempre trataba de evadir el tema.

Bakugō entendió aquello como un rechazó el cual no sabía si estar feliz o enojado, sin prestarle mucha atención al mitad albino cambio su rutina a quedarse toda la tarde viendo a través de la ventana en busca de lindas chicas.

Cómo lo hacía ahora.

Ninguna chica va a querer estar contigo. – Ahí iba el heterocromatico con su frase motivadora del día.

Siempre buscaba una manera de despegar al rubio de la ventana pero siempre fallaba.

Le molestaba que aquel dulce aroma que desprendía no fuera para él sino para buscar pareja.

Pero si de algo estaba seguro es que Bakugō nunca conseguiría pareja pues cuando el rubio sé alejaba se encargaba de soltar feromonas para alejar a los demás híbridos de su casa, Bakugō solo pensaba que era para desafiarlo y explotaba comenzando una de sus típicas peleas diarias.

— ¿¡Por qué no dejas de joder!? – Grito Bakugō empujando al mitad albino.

– ¿Por qué no dejas de soltar ese asqueroso aroma? – Contestó molesto, fue cuando Bakugō lo miro con resentimiento y dolido que se dió cuenta de sus palabras. Antes de poder disculparse el rubio ya se había encerrado en la habitación del peliverde para no tener que dormir con Todoroki.

Se maldijo mentalmente y se hecho en el sofá hasta caer rendido a manos del morfeo.

......

— ¡Todoroki, Kacchan! ¡Llegamos! – Grito el peliverde desde la entrada y de no ser por su última palabra dicha no se hubiera levantado a saludar. Eso quería decir que Midoriya no venía solo.

— ¡Pelo raro! – Gritó el único rubio de la casa lanzándose sobre el pelirrojo quien lo recibió con gusto en sus brazos.

Todoroki aguanto las ganas de soltar todas las feromonas del mundo para alejar al que antes era su amigo -ahora rival- pues igual este ni las sentiría.

Bienvenidos. – Miró la escena con recelo hasta que el peliverde le tocó el hombro y le indico que lo siguiera con la cabeza.

Una vez algo lejos de ambos chicos Todoroki soltó un gruñido.

— ¿Celoso?

— Tiene un olor muy fuerte, ni siquiera yo lo puedo ocultar por completo, a este paso demás híbridos vendrán por él... – Apretó los puños y bajo la mirada sintiéndose frustrado.

Debe ser por qué los vecinos tienen una híbrida, tal vez ella cause que Bakugō se quede en la ventana. — Midoriya empezó a jugar con sus labios como usualmente hacía cuando pensaba en voz alta. — Aunque pienso que sí fuera realmente grave Kacchan estaría intentando salir. – La cola del mayor se erizo al escuchar aquello.

Si aquello era cierto debía proteger aún más a Bakugō y comenzar a llevarse bien con él para que no se fuera.

Volvió a gruñir.

Eres mayor que él, pero aún así siento que no solo quieres protegerlo. – Prosiguio el peliverde qué se cruzó de brazos y sonrió. – ¿Debo preocuparme?

– No. No sé. Tal vez. Puede que como nunca había tenido contacto alguno con otro híbrido solo quiera protegerlo como un hermano menor.

El ojiverde alzó las cejas confundido para después sonreír para él pues no iba a presionar a Todoroki y quería que el mismo descifrará sus sentimientos.

Ayúdame a preparar la cena. – Todoroki asintió molesto aguantando las ganas de ir a donde estaba Kirishima y Bakugō.

☆☆☆

Primera publicación: 24 de marzo del 2018

Editado: 5 de octubre del 2021

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⏰ Última actualización: Oct 05, 2021 ⏰

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