Expuesto.

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Barneskole, 4 de Octubre del 2013

Narra Isak

Viernes en la mañana, salía al receso metiendo una mano al bolsillo para verificar que sí tenía dinero y me dirigí andando a la cafetería, la cual siempre tenía una larga fila, miré el reloj, eran las 11:05, tenía tiempo para dirigirme al baño, ya que había tenido ganas de ir desde que tuve el examen de álgebra para el cual ni siquiera toque ni un solo libro.

Mierda...Me maldije por todas las cosas que no podía ordenar en mi mente, me dirigí rápidamente al baño, no corriendo, porque no me gustaba mi manera de correr. Simplemente era extraña la forma en la que yo agitaba mis largas piernas. Entré al baño y rápidamente hice lo que tenía que hacer, de la nada escuché un golpe en la puerta del sanitario en el que yo estaba.

-¡¿Todo bien hermano?!- dijo la voz, provocándome un susto, cuando justo reconocí su tono ronco.

-¡Imbécil! Espérame afuera- indiqué al bobo de Jonas

Salí unos segundos después encontrándome con un risueño Jonas, mientras yo blanqueaba los ojos, hizo un gesto con la cabeza de que nos dirigiéramos a la cafetería, en donde ya casi no había gente como cuando recién llegue, compré un emparedado y un té helado, helaba un poco afuera, pero aún así me dirigí a una banca donde estaban mis compañeros.

-¿Qué onda?- dijo Rikard mientras chocaba los puños conmigo.

Imité su gesto con Gustav y empezaron a hablar de una fiesta que hubo el miércoles por la tarde, decían de unas cuantas chicas que conocieron, decían que estaban re buenas, seguían y seguían hablando de ellas mientras yo comía mi almuerzo, sin pronunciar ni una sola palabra.

-Hey Isak-decía Jonas- ¿Te encuentras bien?

-Tengo sueño- dije soltando un bostezo, levantando las cejas.

Los tres comenzaron a reír de mi cara de zombie, sentía que el receso era más largo de lo normal, así que revisé en alguno de mis bolsillos, para sacar el celular y ver la hora, no sé que me pasaba hoy, sólo quería ver que faltara cada vez menos el momento en el cual llego a casa y duermo como un hurón.

Mi pecho saltó, revisaba todos mis bolsillos y no encontraba mi maldito celular.

-Maldición- dije un poco agitado- olvidé el estúpido celular en el baño.

Los chicos me acompañaron al baño a localizarlo, pero no estaba en ningún lado, empezaba a preocuparme ¿Y si alguien lo robó? Volví a revisar mis bolsillos por enésima vez y nada.

-Iremos a buscarlo a la cafetería- dijo Rikard

-O tal vez lo hayas dejado afuera- dijo Gustav- quédate aquí, no te preocupes hermano.

Los tres salieron del baño, dejando a un tonto Isak que extravió su teléfono, que quién sabe en qué manos estaría, o si estaría aún vivo (con batería).

-¿Buscabas esto? JAJAJAJA- dijo una voz grave, la última que quería escuchar hoy.

Volteé a ver a Aleksander sosteniendo mi móvil en sus manos, de repente, mis ojos se quedaron abiertos como platos al ver lo que estaba en la pantalla de mi celular. Esto no podía estar pasando, quería que esto fuera un sueño y quería despertar ahora, no, no, no...quería desaparecer, o algo.

Me acerqué al moreno con valentía y levantó el móvil haciendo que yo no lo alcanzara, el era mucho más alto que yo y traté de saltar para alcanzarlo, pero no funcionaba.

Se dirigió a afueras del baño y gritó

-¡Miren lo que el pequeño Isak ve para masturbarse por las noches! JAJAJAJA- dijo mientras mis mejillas se tornaban en un color carmesí, mientras escuchaba todas esas risas de todos los que estaban en el lobby del colegio.

-¡Dame mi teléfono! – seguía dando saltos, pero luego volteé a ver a todos y supe que sólo me lograba ver más ridículo de ésta forma.

- Owww! Así que tu no eras quien le miraba los pechos a Sonia! JAJAJAJ

Me enfurecí, no recordé exactamente que pasó, cuando desperté en la enfermería ví a Jonas aplaudiéndome como si hubiera hecho algo espectacular, o si hubiera fracasado completamente.

-¿Qué mierda pasó amigo? No recuerdo nada- dije soltando un quejido por el dolor en mi espalda.

- ¡Lo jodiste hermano!- dijo Jonas con una sonrisa de oreja a oreja- lo atacaste directo al cuello cuando lo tumbaste al suelo, aunque si te pateó un poco el trasero hermano.

-Vaya...hice algo pero ¿qué dirán ahora que ya saben...?

-¿Valtersen?- dijo una voz un poco chillona- ¿Cómo te sientes?

-Bien, sólo me duele un poco la espalda- respondí a la doctora del instituto.

Me sobé la espalda un poco, viendo un pedazo de papel en la camilla en la cual estaba recostado, lo miré, era un citatorio con mis padres, posiblemente por la "paliza" que le dí a Aleksander.Me llevé uno de mis dedos a mi labio el cual parecía que había estado sangrando e hice una mueca.

-Oh sí, olvidé decirte de eso...-dijo Jonas mirándome con seriedad- Tengo que ir a clase, nos vemos luego héroe.

-Genial...-susurré al momento en el que Jonas se fue.

Todos me miraban, desde pequeño recuerdo, que habían niñas que estaban al lado mío cuando iba a jugar al parque  y sentía que me miraban, porque claro, yo me sentía el tonto niño bonito, volteaba y realmente no me estaban mirando a mí. Pero ahora, cada cosa que respiraba en ese lugar estaba mirándome, e incluso descubrí a grupos de personas quienes "susurraban" cosas acerca de lo que acababa de pasar.

Volví a clases con la cara más pálida de lo que ya estaba. tuve que hacer un gran esfuerzo como para seguir escuchando a los profesores explicar patrones, definiciones y enlaces que no lograba entender. Estaba deprimido, preocupado y desesperado.

Finalmente llegó el timbre de salida.

 Salí, esperado a mis amigos, de los cuales solo me encontré con Jonas, dijo que todo estaría bien, que Aleksander fue un gran idiota, y que no tenía que sentirme mal con respecto a lo que pensaban los demás, él tenía razón. Entonces me di cuenta que entre todas las personas que me miraban habían unos brillantes ojos me miraban, un chico rubio, con el pelo cubriéndole la cara, sostenía una bolsa con hielo en su mejilla, quien me sonrío, mostrando un paladar en su dentadura, acercándose a Jonas y a mí.

-¿A ti te golpearon también?- pregunté al chico.

-No, me caí en la escalera-pronunció con una voz casi inentendible, tratando de sonreír- Oh, toma, lo tomé de la mano de Aleksander cuando quedó en el suelo- dijo un poco más claro acercando su brazo, tendiéndome mi celular.

-Gracias amigo- le dije sonriéndole- ¿Cuál es tu nombre?

-Esben Bech Nozemn...

-¿Esben Be... qué?- dijo Jonas sin entender lo que el chico decía.

-Llámame Even- logramos entenderle al fin.

-Gracias Even.

¿Quién diría que ese chico llegaría a ser tan agradable?



Before Nissens (Evak)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora