¡Hormonales! || [RinxLen][MikuxKaito]

5.

[Narra Len]

¿Qué demonios estaba intentando lograr? La verdad es que estaba muy aburrido... Neru no hacía más si no mirarme y decirme lo "genial" que era.

Ella era linda... pero no era secreto que no era muy lista y tampoco entretenida.

Había escuchado de Hatsune Miku por otra parte. Aparentemente una chica bastante energética y amigable además de ser muy distintiva físicamente.

Sonaba interesante, pero definitivamente no es el tipo de chica con la cual pasaría más de una noche... sería un problema que yo le terminara gustando...

Es demasiado rápida e inteligente.

Después de responderme de esa manera, admito que me dejó boquiabierto. Nunca ninguna chica había reaccionado de esa manera ante mis intervenciones... pero de todas maneras no tengo más opción que ignorar el suceso... puede que llegue a ser incluso más problemática que las chicas promedio.

Pero como lo dije antes, ella sólo sería buen partido para lo que es una única ronda una noche dónde yo esté muy ebrio, o ella muy desesperada.

—Len...— la voz de Neru me sacó de mis pensamientos, —¿Estás bien?

—Ah... sí— respondí, —Es sólo que tu amiga Miku se me hace muy agresiva.

Neru juntó ambas manos, —Perdónala... hoy su novio la dejó y por eso anda de mal humor.

—Así que novio sí tenía— comenté burlón, —Ya comenzaba a creer yo que tenía otras preferencias...

—USee se fue porque a sus padres los trasladaron de trabajo— apoyó su mano en su mejilla, —Pero sí me duele ver a Miku así de triste, es extraño de ella.

—¿Por qué dices eso?— pregunté desinteresado.

—Es mi amiga, y yo sé que ella no es así.

Un recuerdo no pudo evitar llegar a mi mente.

🔥

—¡Ey, Kaito!— grité angustiado, —¡No es gracioso, dámelo!

—¿Qué es, enano?— se burló elevando la hoja de papel que yo antes traía, aprovechándose de su estatura.

Salté, —¡Ya te dije que es un trabajo de música que debo entregar! ¡Deja de ser un pesado!

Él soltó una risa ronca, observando el contenido de la hoja, —Es una bonita canción, no entiendo de qué de avergüenzas.

—Cállate— me quejé mientras se la rapaba de las manos.

—¿Es para Rin?— preguntó con las manos en los bolsillos.

Sentí cómo mis mejillas se calentaban, —¡¿De dónde sacas eso?! ¡Por supuesto que no!

—No lo sé, supongo que por ese dibujito que está en la esquina de la hoja— respondió con sarcasmo.

Lo miré, analizando que yo realmente era un idiota y había dibujado el rostro de Rin sin querer.

Kaito puso su brazo al rededor de mis hombros, —Vamos, Len... ¿cuánto tiempo más vas a seguir negando que te gusta?