¡Hormonales! || [RinxLen][MikuxKaito]

7.

[Narra Len]

Han pasado ya un par de meses. De hecho, sorpresivamente no he estado saliendo mucho, quizá dos veces por semana máximo, pero aparte de eso he estado pasando mucho tiempo con Rin. Tengo entendido que esto se está llevando a cabo ya que ahora Kaito tiene más responsabilidades en la universidad.

Hoy me encontraba comiendo fideos con Rin en lo que veíamos anime en la sala de nuestro apartamento. Otra vez, Kaito le había dicho que no podía verla, por lo cual decidió quedarse en casa al igual que yo.

—No me imaginé que un shoujo sería tan interesante— comenté, hablando de la serie.

—Y eso que no has visto el shounen ai— dijo con picardía la rubia, —Es incluso mejor.

Me reí con sarcasmo, —Puede que te aprecie mucho, pero ni loco veo "amor" entre dos hombres.

— ¿Por qué dices "amor" en ese tono, Len? —preguntó genuinamente curiosa.

Me quedé pensando un momento en cómo le respondería: ¿"no creo en eso"? ¿"me distrae de mis estudios"? ¿"es una palabra demasiado gay"?

— ¿Por qué fue que Kaito no salió contigo hoy? —estúpidamente, opté por cambiar el tema de conversación de la forma más miserable posible.

Ella me sonrió después de masticar un bocado de ramen, —Dice que ahora está dando tutorías particulares, aparentemente recomendación de su tío.

—¿Gakupo?— pregunté, —Con eso no podía negarse entonces.

—Le debe un favor enorme— afirmó Rin, —No quiso decirme quién era... ni de dónde, ni su edad... género...

—¿Estás celosa?— insistí esperanzado.

Negó con la cabeza.

—Si digo que lo amo es porque confío en él.

No lo hagas... si fue capaz de traicionarme a mí no dudo que pueda hacerte lo mismo a ti.

—Por otro lado, Len— tomó la palabra nuevamente, pellizcando mi camisa, —La verdad me alegra mucho que estemos pasando tiempo juntos.

—A mí también, Rin— sonreí con tristeza, puesto que sabía que lo decía por mi rostro que expresaba decepción.

*

Entré al aula medio somnoliento con los audífonos puestos escuchando música a todo volumen, intentando no interesarme en la farándula escolar al mismo tiempo que me sentaba en mi silla.

En esas, me fijé un momento en la entrada al aula, donde reconocí un par de coletas aguamarinas, buscando con mirada perdida algo por todos los asientos. Con sonrisa pícara me quité los audífonos y me acerqué a la puerta, tomándola a ella por sorpresa.

—Vaya, vaya... si no es coletitas— comenté.

Ella frunció el ceño.

—De todas las personas del aula tenías que ser tú.

—Fría como siempre— me reí, — ¿Qué te trae por aquí? No me digas que vienes a requerir de mis servicios.

Hizo una mueca.

— ¿Acaso todo es sobre ti? Agh, ¿por qué me molesto en tratar de razonar contigo?

—Te ves linda cuando frunces el ceño.

—¿Neru ya llegó?— preguntó mirándome con neutralidad, llegando a molestarme un poco, —Necesito entregarle algo que dejó en mi casa.

Miré su pupitre, el cual estaba justo atrás del mío.