Tinkerbell [Kookmin]

004: Mientras que

Dedicado a keimiswan 💕

Las manitos de Jimin sostenían con fuerza la espada de Jeon quién, a regañadientes, tuvo que dársela por medidas de seguridad. O eso declaró el de baja estatura, con su ceño fruncido y la desconfianza aún brotando junto a sus acciones, como pedirle la espada al mismo pirata que le había salvado la vida y asegurarse de que no le haría daño. De paso, "protegerse" de este si es que se comportaba de forma sospechosa.

Jungkook afirmaba en su mente que Jimin no lograría ni levantar la espada del suelo.

Un suspiro sale de los labios del castaño y observa al hada con una ceja en alto y semblante curioso. ¿Ese era el mismo chico que se refugió bajo sus brazos hace unos minutos? Porque apenas se recuperó de su estado post-conmovido, volvió a actuar de forma testaruda y se alejó de Jungkook todo lo posible, quedando ambos en cada extremo del pequeño despacho.

—¿Te vas a quedar ahí todo día o aceptarás de una vez que no soy peligroso?

La pregunta rompe el silencio en pedacitos que transforman el rostro de Jimin en uno más nervioso que antes. Abraza la funda del arma con fuerza y niega rápidamente, dejando estancada una respuesta real.

—Al menos lo intenté —Jungkook rasca su nuca, totalmente rendido. Comprendía la situación de la criatura, pero no quiere insistir e incomodarlo... más de lo que ya estaba. Si es que esa postura sumida en pánico no contenía alguna sensación de incomodidad—. Si me necesitas, estaré arriba. No te preocupes por los tripulantes, ellos no te molestarán —se levanta del asiento y acomoda su saco, quitando pelusas distraídamente mientras lo observa encogerse más en su sitio—. Nos vemos más tarde.

Se coloca su sombrero y bosteza, dirigiéndose a la puerta. No voltea solo por respeto a la reacción de Jimin y a que, claramente, este no parecía contento con tener compañía en lo que se recupera del susto. Pero apenas cruza el umbral, siente un jalón en su saco, aturdiéndolo un poco.

Jimin está sosteniendo su saco con ambas manitos, desde su espalda, con ojos brillosos y el labio inferior temblándole.

—C-Capitán Jeon... quédese por favor.

Y Jungkook descubre que, a diferencia de Jimin, él no necesita pensárselo dos veces para ceder antes el pedido de la bella criatura, quién le regala una sonrisa tímida; un paisaje o tesoro nunca antes visto por el bruto pirata.