Tinkerbell [Kookmin]

005: Juntos

Jungkook empezaba a entender a Jimin. O eso creía.

El de pequeña estatura era una criatura hermosa, sin lugar a duda, pero también había una gran desventaja que tenían que afrontar los de su especie. Y era más ni nada menos que la supervivencia. El ser pequeño lo volvía presa total de cualquier otra especie que pudiera superarlo en fuerza y, obviamente, tamaño. Podía ver el porqué de su desconfianza, especialmente ahora que este residía en su humilde barco... lleno de piratas. Suspira, observando a la bella criatura desplazarse por la habitación, mirando curioso los tesoros y decoración en esta. Debía pensar en un plan para que Jimin no se asustara aún más por culpa de su tripulación. Porque, vamos, no es que fuera algo normal de ver, todos eran hombres grandes y llenos de tatuajes. Tenía que pensar en algo o el bello hada se arrepentiría de verlo como un héroe y se iría.

Rasca su nuca, llamando la atención del contrario con un pequeño sonido. "¿Tienes hambre? Podemos... ir a comer a la playa. Todos están dormidos, así que no puedo ofrecerte un tour hacia mi cocina."

El pequeño hada salta en su sitio, volteando rápidamente con una sonrisa emocionada. Y como si fuera a propósito, su barriga hizo un adorable sonido, anunciando lo hambriento que estaba. "S-Si, por favor. Tengo mucha hambre..." Se acercó a Jeon, tomándolo de las manos, con pequeños polvos dorados descansando en sus mejillas. Al parecer era una clase de reacción que tenía al ponerse muy feliz, porque no había visto de esos polvos antes, menos en sus rosadas mejillas. "¿Podemos comer pan y mermelada?"

El castaño sonrió, asintiendo. "Claro, tendremos una pequeña fiesta de pan y mermelada."

Era un buen comienzo, claro. Esperaba un poco más de pelea y caritas enojadas por parte de Jimin, pero le aliviaba saber que este podía calmarse cuando se trataba de mermelada... y pan. ¿O pan y mermelada?

Sacudió su cabeza, levantándose para tomar su espada y sombrero, viendo de reojo que el hada jugaba con sus manitos, esperándolo en la puerta.

"Jimin."

"¿Uhm?" Sus ojos color caramelo se enfocaron en Jungkook por el llamado y este le sonrió.

"Tienes que enseñarme de donde sale todo ese polvo dorado. ¿Va?" Alza una ceja, abriendo la puerta y ofreciéndole su brazo.

El hada resopló, tomando el brazo de Jungkook, haciendo caritas. "Buh, está bien, ¡pero tienes que darme mucho pan y mermelada!"

El castaño ríe, asintiendo. "Como quieras, cosita."

Y esa noche no solo compartieron pan y mermelada, sino también el primer momento... juntos. Sin peleas, cazadores y, bueno, técnicamente sin peligro alguno.