Día 5

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Día 5: Juego previo.

-Aburrido. -comentó el moreno mientras apagaba el televisor y caminaba rumbo a la cocina.

-¿De verdad crees eso? Yo digo que no estaba tan mal el programa. -le preguntó el menor mientras le seguía.

-Toma. -se limitó a responder mientras le extendía una taza con café.

-Gracias. -dijo Atsushi y besó dulcemente su mejilla.

Akutagawa ya no dijo nada, se limitó a darle unos cuantos sorbos a su bebida mientras veía atentamente a su pareja, la cual notó como la mirada del otro se clavaba en él.

-¿Sucede algo? -cuestionó tratando de adivinar los pensamientos del otro. Sabía que nunca le respondería sinceramente pero al menos buscaba una pista para entenderle.

-Nada. -el moreno carraspeó un poco y volteó para evitar hacer contacto visual con el chico. Atsushi sonrío inmediatamente ante aquel gesto, entendía lo que quería.

-¿Sigues aburrido? -dejó la taza sobre la mesa y caminó hasta quedar frente a él. -Podemos hacer algo más si quieres. -sugirió amablemente mientras entrelazaba sus manos.

El azabache no dijo nada, al menos no con palabras, pero ante aquella pregunta simplemente asintió con la cabeza y tomó al otro del mentón, haciendo que ambos se vieran directamente a los ojos.

-¿Qué tienes en mente, tigre?

Atsushi se acercó aún más a él y acortó la distancia entre ambos con un cálido beso.

-Esto. -murmuró cerca de sus labios una vez que ambos se separaron. Como respuesta obtuvo otro beso pero ahora con mayor duración e intensidad.

En aquel beso, ambos comenzaron a forcejear tratando de marcar un ritmo, aunque al final Akutagawa terminó ganando. Se besaban rápida y frenéticamente, haciendo que sus lenguas bailaran al unísono. De repente, los labios del otro no les eran suficiente, así que comenzaron a utilizar sus manos.

-E-Espera...-interrumpió el menor antes de que su camisa quedara desabrochada por completo. Tomó su mano y lo arrastró consigo hasta el sofá, en donde lo tendió para después posicionarse sobre él.

El mafioso le vio con una cara de desaprobación pero antes de que pudiera hacer algo, el agente colocó su corbata sobre sus ojos, obstruyendo si visión.

-E-Es para que no te parezca tan aburrido. -se excusó nervioso.

Akutagawa asintió y con sus manos encontró el rostro de su amante, lo atrajo nuevamente hacia él y le besó con la misma intensidad que hace unos instantes.

Nuevamente sus manos pedían explorar aún más el cuerpo del otro y  comenzaban a sentir como el calor les recorría de pies a cabeza. Ambas pieles se llamaban con urgencia.

Tímidamente, Atsushi se encargó de despojarse de las ropas del otro, dejando al descubierto su blanca y delicada piel. Al verla, sintió el deseo de besarla y poco a poco fue dejando pequeñas marcas en todo el dorso del moreno que no hacían más que encenderle.

Por su parte, Akutagawa sentía como en cada lugar que el otro besaba, su cuerpo le quemaba y las ansias por hacerlo suyo se iban incrementando. Sin pensarlo dos veces, se quitó la venda y se posicionó inmediatamente sobre el cuerpo del menor.

-Tigre. -dijo decididamente. -Es mi turno.

Ante aquello, Atsushi aceptó y se dejó hacer, tratando de aguantar un poco más porque eso recién comenzaba.

Shin Soukoku WeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora