Estas ahí, de pie, vos y tu reflejo,
vos y esa imagen de cartón,
esa estrella de papel,
y peinas constelaciones con la punta de tus dedos
y enredas planetas en las comisuras de tu boca
Por momentos sos una estatua en exhibición,
te investigas de soslayo,
te delineas las encrucijadas
y sonreís
como si el horizonte intentara
descubrir su vértice en lo más profundo del océano
Más tarde te descubrís sola
frente al empañado espejo del baño,
cagandote de risa de una muñeca de trapo
que no tarda menos de un segundo en desplomarse
y perderse en el golpeteo arrítmico
de la lluvia artificial,
repasando con el índice
los bordes de cada baldosa,
esos arroyos de polvo y hormigas sin pan
de un agujero negro que se disfraza
de azulejo verde agua o azul marino
o alguna boludez de esas.