Capitulo 4: La cobarde palabras

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Lunes 23 de mayo del año 2113, en Madrid, España.

-Escúchame, Thai, no estoy para bromas- Le miró hecha una furia- Las odio a muerte y lo sabes, pero si quiero conseguir ganar este juego debo afrontarlas a ellas o me mataran antes de que dé un paso en esta historia.

-Sigo sin entender que pretendes...

-¡¿Seguir viva?!- Preguntó con ironía mientras miraba hacía la ventanilla del autobús.- Quedan dos horas para la clase que tengo en común, con unas cuantas de ellas, recibí un mensaje hace una hora del chico por el cual se muere, la bruja y sus amiguitas. Que casualmente es por el que se muere Mika, estoy hasta los cojones de las relaciones sociales, y como he quedado con él para la mierda del trabajo de los cojones, recibí hace media hora, una puta amenaza de ellas. ¿Sabes qué, Thai? Se suma al montón- Espetó a un más enfadada, aquel paisaje iba cambiando delante de sus ojos hacía la facultad.

-¿Te has levantado así? Esa maldad te va a llevar de cabeza al infierno- Río levemente, ella le miró con una ceja levantada.- Oh, vamos, incluso a mí me hizo gracia.

-A mí no, púdrete, Thai.

-No puedo, soy inmortal, preciosa- La sonrío aún más, sus ojos brillaron emocionados mientras veía como ella se molestaba a cada palabra que salía de aquellos perfectos labios. Se levantó cogiendo sus libros con el brazo izquierdo, coloco su mochila y empezó a moverse hacia la salida. El bus paró en aquella parada y ambos bajaron, nada más hacerlo aquella chica la empujo.

-¡¿Te crees que soy gilipollas, so imbécil?!- La preguntó. Lina la miró, estaba tan cerca de ella que podía ver la ira en su pupila. Sonrío.

-Sí, ¿No es evidente?- La preguntó con cierto toque de maldad en su voz, la chica de pelo moreno rodó los ojos, mientras que todo aquel grupo de más de cinco chicas comenzaba a rodearla. Thai la miró, mientras cruzaba sus brazos y se apoyaba en la marquesina de la parada.

Lejos de parecer arrogante, sabía lo que aquella chica necesitaba.

-¡¿Por qué le has pido quedar?!-Gritó, llamando la atención de todo el mundo a la entrada principal de la única universidad de Madrid.

-Porque...Hmm... Me dio la gana, ah no espera, creó que fue porque... ah, no, si es por eso, me dio la gana, y aceptó- La contestó con una sonrisa sincera en su cara, aquella chica se enfadó, levanto su mano cogiendo impulsó, yendo directa a golpearla en la mejilla, Lina paró en seco su mano.- Podrías intentarlo, pero me conoces... Perderías.

-Somos siete contra una, y a tu novio no se le ve dispuesto a ayudarte, como siempre estás sola.

-Solo necesito una mano para hacerte ver la situación- Apretó con fuerza su muñeca y comenzó a retorcer el brazo de esta hasta colocarlo en su espalda, nada más hacerlo, la obligo a quedarse de rodillas en el suelo.

-¡Suéltame, estúpida!-Gritó.

-Mira, la cosa es así- Se acercó a su oído sin soltar su muñeca- No tengo nada que perder, mientras que tú sí, y llevo muchos años aguantando cada gilipollez tuya, la próxima vez que me vengas a molestar, será cuando quieras morir.-La soltó.

-Eres increíble- La aduló Thai cuando se puso a su lado, extendió su mano y ella la cogió.

-No creas, eso me lo ha enseñado tener hermanos mayores- Sonrío mientras que ambos comenzaban a irse de allí. De fondo aun podía escuchar maldiciones y palabrerías de las chicas con las que se había enfrentado.

-¿Y bien? ¿A qué se debe este alarde de pelea de chicas?

-Siempre he sido una cobarde...-Confesó- Bueno, que le voy a decir al cotilla que me vigila, pensé que si conseguía enfrentarme a ellas, personas que no son capaces de hacer nada, quizás sería más valiente en el juego.

-No confundas palabras valientes con actos, son muy distintos.

-Nunca he tenido ninguno de los dos.

-¿Tú crees? Yo seré el cotilla, pero tú no sabes lo que haces.

-Se perfectamente como soy.

-Soyla muerte, te conozco mejor de lo que tú te conoces- La sonrío de una manerasiniestra.      

Esclavizada - DarknayaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora