III

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Hoy me desperté para ir al escuela, desde el lunes, Ian se había hecho algo así como un amigo. Pasábamos los descansos juntos hablando sobre nosotros.

Ian amaba la nieve y un día de su niñez jugando en ella se cayó y se lastimó haciéndose una cicatriz en la ceja. De niño era muy animado pero desde que empezó a crearse una personalidad más concreta era solitario ya que no le gustaba socializar y con eso sumado a su estilo, todos creían que era alguien muy raro. Él no quería hacer amistades con el motivo de que no duraba mucho tiempo viviendo en un lugar debido al trabajo de su padre.

Nos gustaba música parecida y en ocasiones nos poníamos a escucharla juntos o nos recomendábamos nueva mutuamente.

Yo en todo momento intentaba no contarle nada que me delatara además de que ya no usaba mis poderes en la escuela para no arriesgarme.

Llegue a la escuela y en la entrada, como los días anteriores, estaba él recargado en la pared con los audífonos puestos. ¿Me pregunto si llegará muy temprano?

ㅡHola. ㅡsaludé.

ㅡHola. ㅡsaludó mientras deslizaba el aparato por su cabeza hacia su cuello.

Los dos caminamos hacia el salón donde se iba a dar la clase y esta transcurrió normal, nos ayudamos mutuamente y hablamos de cosas banales.

Cuando la clase dio fin, en el descanso nos fuimos a sentar bajo un árbol.

ㅡLuzbel, te tengo que decir algo. ㅡinició él un poco tímido.

ㅡDime. ㅡrespondí alegremente, aunque no se animó mucho.

ㅡ¿Quisieras tener una cita conmigo? ㅡpreguntó dirigiendo sus ojos a mí mientras se hacía presente un color rosado en sus mejillas.

Estoy segura de que mi cara estaba igual ya que sentía un calor en ella.

ㅡ¿Cuándo? ㅡpregunté y su cara se iluminó.

ㅡMañana, sábado.

ㅡLo siento, pero no puedo el sábado... ㅡese día tocaban lecciones de magia con mi madre.

ㅡ¿Qué tal el domingo? ㅡsí claro y podríamos ir a volar juntos pensé, aunque es algo que me gustaría hacer...

ㅡLo siento, tampoco puedo...

ㅡ¿No quieres salir conmigo? ㅡpreguntó un poco entristecido.

ㅡ¡Claro que quiero! Es solo que enserio no puedo esos días, ya tengo planes con mi madre... ㅡ expliqué.

ㅡBueno ya será después. ㅡafirmó dirigiendo su atención al cielo.

Una brisa de aire vino y le revolvió el cabello, se veía tan lindo que me le quedé mirando.

ㅡMejor tómame una foto. ㅡdijo aún mirando el cielo.

¿Enserio podré hacerlo? Eso dijo...

Rápidamente saqué mi teléfono celular y la tomé. Era perfecta.

ㅡ¡Oye! ¡Era una broma! ㅡdijo riéndose mientras veía mi rostro al ver su fotografía.

ㅡLo siento... Si quieres la borro...

ㅡNo, está bien. ㅡdijo con una enorme sonrisa.

De un momento a otro tomó el celular de mi mano y me pasó uno de sus brazos por los hombros a la vez que acercaba su rostro al lado del mío.

ㅡSonrie ㅡdijo al momento en que nos tomaba una fotografía. ㅡ. Tienes que enviármela, será mi nuevo fondo de pantalla. ㅡdijo sonriendo después de tomar la fotografía para tenderme mi celular.

ㅡ¿Porqué... ㅡempezé confundida y un poco abrumada por la repentina cercanía.

ㅡYa tenemos que entrar de nuevo, vamos. ㅡdijo este levantándose mientras hacía lo mismo conmigo.

En la clase me dio su número telefónico y yo tenia una sonrisa enorme.

La clase dio fin más rápido de lo que esperaba y ya era la hora de la salida.

ㅡAdiós Ian. ㅡdije con la mano levantada cuando ya estábamos en la entrada de la escuela.

ㅡQue tenga un lindo resto del día, señorita Luzbel. ㅡdijo mientras se acercaba a mí.

Me dio un beso en la mejilla. Había visto este tipo de gesto pero nunca lo había puesto en práctica. No sé si me gustaría si viniera de cualquiera... ¿Porqué lo hace ahora? ¿Porqué no puedo leer la mente?

ㅡAdiós. ㅡdije y me fui rápidamente. Pude escuchar cómo se reía.

Camine rápidamente hasta llegar a mi casa, habrí la cerradura y entré.

ㅡLuzbel, cariño ¿qué pasa? ㅡ preguntó mi madre mientras se acercaba hacia a míㅡ Estás toda roja, estás sudando y parece que hiperventilas, ¿estás bien?

ㅡMamá,estoy mejor que nunca.

ㅡ¿Es debido al chico del que me hablaste la otra vez?

ㅡSí mamá. Me invitó a salir mañana y sí, sé que no puedo por la clase y tampoco el domingo a menos que pueda esconder unas enormes alas negras...

ㅡLo siento querida, pero ya habrá más días para salir, el próximo fin de semana ya lo tendrás libre.

ㅡMe gustaría contarle todo y llevarlo conmigo a volar alguna vez...

ㅡHija, no puedes hacer eso porque lo pondrías en peligro además de que nos tendríamos que ir de aquí...

ㅡLo sé, lo sé. Solo pensaba en voz alta...

Luzbel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora