Rosas de Sangre

Mordida

Esta es la historia de un simple humano que residía en los confines de Japón, ignorado por las personas comunes y corrientes sin embargo no para los seres sobrenaturales quienes eran fuertemente atraídos por el inocente doncel.

Ciertas leyendas tienen algo de verdad en ellas, ciertas leyendas son reales.

Nuestro relato fantasioso comienza con un hombre de cabellos celestes deprimido porque su mejor amigo un día gris se marchó al extranjero, dejándolo en las más sombrías tristezas y ciertamente no era capaz de vivir sin aquella sonrisa que lograba que su mundo se iluminara, resultaba un sol en la oscuridad perpetua y profunda en la que solía vivir... Su complemento se había convertido en una estrella lejana, era incapaz de tocarle ahora que muchos kilómetros le separaban de su calidez ¡Quizás era mejor olvidarlo! Era necesario dejar el sufrimiento tan punzante, al menos eso pensaba todos los días mientras miraba su nostalgia fotografía y sus lágrimas caían sin contenerse en aquella imagen tan entrañable. ¡Le extrañaba tanto, en cada momento de su efímera existencia! El dolor era intenso igual a sus emociones deprimentes las cuales comenzaban a afectarle tanto que perdia el sentido de su misma coexistencia.

¿Por qué existir en un mundo de sombras?

En un universo donde nadie te ve, donde no existes. Desapareces entre la nada, es como si estuvieses muerto

El peso de la soledad era angustiante porque no solo era el hecho de que el tigre se esfumo, si no que sus amigos se habían alejado de su persona tal si tuviese la peste... Le empezaron a ignorar, rechazar y eso le lastimaba mucho semejante a una escena donde alguien con una espada atraviesa un corazón; no sabía la razón del porque simplemente dejaron de hablarle probablemente los arrogantes no querían juntarse con alguien tan insignificante o puede ser que la amistad se rompe con el paso de los años, a menudo las personas pasan de mejores amigos a desconocidos.

¿Hay algo más patético que mendigar amor?

Les veía de lejos platicando en el viejo restaurante de comidas rápidas, parecían tan felices sin él y lo triste es que no volvieron a invitarle a los juegos, a las salidas o a cualquier cosa.

¿Por qué se comportaban de esa forma?

¿Por qué le rechazaban?

Incluso si se sentaba a su lado estos se marchaban a otro sitio y se mantenía viendo el piso con tanta humillación, la soledad a menudo es tan fría como devastadora. Su vida era de ese modo, vivía en un departamento cómodo y estudiaba literatura en una universidad cerca de un bosque así que todos los días debía pasar por ese lugar oscuro además de tenebroso donde el silencio se adueñaba del recinto similar a una película de terror. Ese día precisamente salió tarde de las clases, camino más rápido de lo normal dado era peligroso andar tan de noche por esos recintos ermitaños, no había personas alrededor y eso resultaba bastante malo si hubiese un asesino serial u otros riesgos.

Iba escuchando una canción en su celular, de pronto hubo interferencia por eso se apagó el aparato y todo parecía más lúgubre sin la música de fondo, entonces oyó un sonido parecía como si las ramas se quebraran quizás una persona lo estaba siguiendo ¡Sentía ese presentimiento en sus entrañas de que alguien le observaba! Comenzó a trotar porque su instinto de sobrevivencia fue más alta y aquellos pasos comenzaron a perseguirle, podía oírlo claramente casi un gruñido o el ruido escabroso de las pisadas fuertes... Kuroko no podía ver bien entre la oscuridad o los árboles frondosos, solamente corría, corría todo lo que daban sus piernas hasta caer en medio de la nada con moretones, adolorido y allí delante suyo residía un enorme hombre mitad lobo lleno de pelos, horripilante criatura de enormes garras afiladas... Tetsuya intentó huir pero le fue imposible únicamente sintió como el aquella bestia tenebrosa le tiró al suelo, rasguñándole profundamente su pecho, rompiendo sus vestiduras y se asustó al notar aquellos ojos de un color extraño los cuales brillaban con frenesí.