Rosas de Sangre

Equipo

Posteriormente de vivir tanto tiempo entre licántropos, el jugador fantasma comenzó a adiestrar sus habilidades sobre todo las referentes a sus sentidos o a la metamorfosis y claro también controlar su rebelde lobo que siempre parecía dominar su racionalidad.

Aunque era integrante de una de las manadas más poderosas del Japón persistentemente le resguardaban por su condición, al tener una sangre peligrosa fluyendo por sus venas que podría causar destrucción a toda la raza si caía en manos equivocadas y esa protección le fastidiaba al pequeño cachorro el cual no gozaba de libertad.

Una madrugada cualquiera Kuroko se hallaba durmiendo tranquilamente en la confortable cama del alfa como de costumbre cuando escucho unos murmullos de personas hablando a lo lejos, arrastro perezosamente su mano por las suaves mantas carmesí dándose cuenta de que el emperador no se encontraba a su lado, ese detalle le sorprendió tanto que con curiosidad se aventuró a curiosear con el propósito de descubrir ¿Qué sucedida? Se bajó del lecho lentamente, sus pies descalzos tocaron el piso frio y camino con pasos ligeros, guiándose por el ruido hasta llegar donde los integrantes de la manada se encontraban.

Tetsuya pudo percibir que los hombres lobos mantenían una conversación agitada sobre un tema el cual desconocía si bien parecía de suma importancia por la manera seria de tratarlo. Obviamente estos prodigios no lo invitaron a la reunión y se preguntaba ¿Por qué razón no le incluían?

El jugador fantasma estaba preparado para luchar contra los vampiros enemigos o los intrépidos cazadores sin embargo sus preservadores miembros del clan no le dejaban salir del lugar por su propia seguridad, según ellos era muy peligroso y esa manera de actuar tan sobreprotectora lo hacía sentir deprimido puesto que aspiraba luchar junto a la manada, ser un guerrero igual a estos individuos corpulentos, ser útil y combatir contra sus enemigos con ímpetu por una razón en específico ¡Defender a su familia!

¿Acaso no era suficiente?

¿Creían que era tan débil?

Era de mala educación escucharlos tras la puerta, no debería espiarles, pero ¡No podía evitarlo! uso sus sentidos desarrollados con el fin de saber de qué se trataba aquella reunión.

Midorima quien era la mano derecha del alfa, les dio los reportes semanales como algo que hacía constantemente en su trabajo— Hemos encontrado una gran cantidad de muertos, una manada entera fue asesinada por los cazadores hace una semana.

—Son los RedHunter ¡Han vuelto! —dijo Atsushi sintiéndose algo nervioso ante la idea de que estos hombres encapuchados y peligrosos retornaran al pueblo con el fin de destruir manadas enteras.

—Efectivamente, dejan una rosa roja cerca de sus víctimas ¡Están en nuestro territorio! Debemos detenerlos antes de que más licántropos salgan heridos— indico el hombre de cabellos verdes, preocupado por estos armados sujetos que solo venían a crear caos.

En el pasado los humanos vivían en paz hasta que los hombres lobos indomables embistieron involuntariamente, incapaces de dominar su lobo mataron a muchos mundanos y los vampiros comenzaron con su sed de sangre acabando con docenas de vidas inocentes por ende las jerarquías del poder humano decidieron que era hora de pelear, que debían defenderse de estos terribles ataques y así nació "Dinasty" una organización creada con el fin de exterminar seres sobrenaturales, con justo entrenamiento y armas cargadas con arsenales eficaces contra el rival más poderoso.

Los cazadores mejor dicho soldados que trabajaban allí eran sumamente crueles porque les adiestraban totalmente a seguir ordenes, se dice que carecen de sentimientos y los entrenamientos son planteados con el fin de matar sin piedad a cualquier objetivo sin excepción a menos sea que le haya salvado la vida antes, los tipos son expertos en no dejar rastros y esconder su olor característico.