Capítulo 2

42.7K 1.6K 644
                                    

Al otro día estaban para desgracia del familiar zorro estaban todos de vuelta.

Llegaron del centro , Nanami se sentó en el sofá a ver televisión, y nuestro zorro favorito, luego de la noche pasada, ha decidido que necesita un poco más.

Se acercó a paso lento a la castaña, que reposaba inocentemente en el sillón, sonrió con la más pura maldad, con lentitud anhelante se acercó centímetro a centímetro al cuello de la diosa del templo Mikage. Dejó que su aliento chocara contra el cuello de Nanami y antes de que esta volteara la cabeza, inundado por el estridente aroma de la diosa incrustó sus colmillos en su cuello. El chillido de Nanami no se hizo esperar, como tampoco lo hicieron los dos hilos rojos que tan gustosamente cierto zorro se dedicó a limpiar de la piel de su diosa, cuyos gemido comenzaban a hacerse irreflenables

Una vez ya no hubo sangre que limpiar, en contraste con el tiempo que le llevó llegar a ella, ya se había sentada en el sillón con Nanami entre sus piernas, claro que unos dos segundos después de pasado el shock Nanami al fin notó dónde y cómo estaba

- Nee Tomoe! Qué haces? Por q-qué ah - así se frenó todo intento de reclamo que la diosa intentara, el zorro había comenzado a pasar sus garras por la piel de Nanami, dejando pequeñas hileras rojizas a su paso, mientras con su otra mano cambió la dirección de la cabeza de Nanami para poder acceder a su boca, en segundos el beso ya se había profundizado y así duró hasta que la humana rogó por un poco de aire, separó sus labios de los de ella y caminó hasta su oído

- Prometo que durante los próximos diez minutos no te haré nada, solo déjame tocarte un poco - ronroneó en su oído, con toda la intención de hablandar su postura, afortunadamente para el funcionó, Nanami se relajó un poco y ahora mientras que con una mano la sujetaba de la cintura, plácidamente presionándola contra su creciente erección, con la otra, comenzó a tocarla en su intimidad - Nanami, estás muy humeda, ¿haz estado pensando en mí verdad? - la pobre diosa del templo Mikage, se sonrojó más si es que eso era posible mientras trataba de negar la verdaderamente cierta afirmación de su familiar - me estas mintiendo? Que mal, porque si te soy honesto, he estado queriendo tenerte así desde hace mucho - subió una mano por su pecho y comenzó a estrujar el pecho izquierdo de Nanami, mientras que la mano que aún conservaba en su intimidad, se dedicó a destrozar las bragas de la diosa - dime la verdad Nanami - pellizcó el pezón de la castaña mientras hacía lo mismo con su clítoris

- Ah! Sí! E-es cierto! Ti-tienes razón ah - una vez que le sacó la confesión, sin darle tiempo a nada la besó mientras abría sus pantalones, bajaba los boxers y sacaba a su miembro de la horrible prisión que eran los pantalones humanos, que buenos son los kimonos para estos casos! Para cuando la pobre deidad se dio cuenta su familiar estaba penetrándola a lo bruto en el sillón del living, del templo, donde cualquiera de los que ahí vivían podrían descubrirlos.

Trató de quejarse, de frenarlo, pero sus propios gemidos se lo impedían, maldita sea! Tomoe era demasiado bueno, le entristecía un poco pensar en cuántas mujeres habría tenido a su merced, pero hablando en serio, la mente de Nanami estaba casi en blanco, no veía nada, todo lo que podía hacer era sentir como Tomoe entraba y salía de ella, mientras que el zorro hacía rato se había ido de la realidad, por el momento lo único que cubría la escena y podría salvarlos de un mal momento era la falda de Nanami, que alcanzaba a cubrir perfectamente el acto.

Se acercaba, estaba muy cerca, el orgasmo estaba a segundos de desatarse en todo su esplendor, pero ya sea una bendición o una maldita maldición, dos aromas, dos malditos, inconvenientes y estúpidos aromas, llegaron a su malditamente agudo sentido del olfato.

Un aroma a agua y sake, seguido de uno a papel y ropa vieja... Mizuki y Mikage, ese par de idiotas ¡Iba a matarlos!

Frenó en seco sus envestidas y cubrió la boca de Nanami con su mano y le susurró - shh alguien viene intentó acomodar su cabello y el de ella, pero falló, para cuando ellos llegaron Tomoe aún intentaba peinarla.

Celo - Nanami x Tomoe LemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora