no sabía si preguntárselo, pero lo hice. "¿problema por qué?"
"olvídalo, rosé"
"¿cómo sabes mi nombre?"
"anda, pues a lo mejor si voy a ser adivina"
"eso no es justo. Yo no soy adivina y no sé tu nombre"
"me llamo lisa, y ahora, adiós. tu madre viene a despertarte para que te vayas a la escuela. suerte"
desapareció con una sonrisa y segundos después oí la puerta abrirse, mi madre.