"¿qué haces?" le pregunté mirándola.
"yo soy el amor de tu vida." sentí mis mejillas arder. "me amas, ¿no?"
"sí" respondí con firmeza.
"bueno, demostrarás tu amor, ahora." me tomó de la mano y me llevó a la ventana. "no tengas miedo, rosé." con su otra mano me acarició la mejilla y me besó.
"vale."