Capitulo I

22 2 0
                                    

La música invadía los oídos de aquellos chicos mientras caminaban entre la multitud con algo de dificultad. Podía apreciarse el olor a alcohol en todo el lugar. Finalmente habían llegado a la entrada de la residencia.

—Hasta pronto, gracias por venir.

—Feliz cumpleaños John.

—Nos vemos, John —se despidió Megan, besando la mejilla del chico.

Salieron de la fiesta y caminaron en dirección al lugar donde estaba estacionado el auto de Mark.

—Suban al auto, las llevo —dijo Mark haciendo sonar las llaves.

— ¿Puedo manejar esta noche?... —preguntó Katherine.

—Estoy bien, puedo hacerlo.

—No lo creo, has estado bebiendo... No es seguro.

—Puedo hacerlo Katherine.

—Kat, estaremos bien, podrá manejar. Tranquila —opinó su mejor amiga Megan.

Subieron al auto. Era una noche fría, las calles de Manchester eran desiertas; tal vez se debía a que era media noche y ellos eran los únicos dementes conduciendo con la radio sonando All my loving de The Beatles.

—Amo esa canción —afirmó Megan.

Mark subió el volumen y comenzó a cantar para Katherine. Con esa sonrisa de perlas blancas. Labios color sandía y hoyuelos bien definidos en sus mejillas.

—Basta, despertarán a las personas.

—Kat, disfruta la canción por favor —suplicó.

Eso bastó para que el dúo se convirtiera en trío cantando all my loving a todo pulmón. Todos rieron; podía sentirse en todo el ambiente la felicidad que derrochaban aquellos jóvenes, se veía en sus ojos, es sus grandes sonrisas, eran amigos de verdad. Sin embargo, por desgracia la diversión no duró por mucho tiempo.

Observaba levemente las lámparas del techo pasar a toda velocidad; miró a la derecha y pudo ver a Abigail entre sombras correr hacia donde su hija se encontraba. No lograba distinguir mucho. Tan sólo veía cómo las sombras se posaban frente a ella. Sus ojos se cerraron lentamente; le dolía la cabeza y le era complicado respirar. Creyó que moriría, su vida se había proyectado en cuestión de segundos en su mente. Como el tráiler de alguna película a punto de estrenarse. Sentía miedo. No quería morir. No podía dejar a su madre. Katherine debía ser fuerte y estaba consciente de eso.

Abigail la tomaba de la mano con fuerza, pero no la suficiente para lastimarla. Tan sólo se escuchaba su voz entrecortada diciendo una y otra vez que todo estaría bien, aunque nadie podía estar seguro de eso.

—Mi hija no puede morirse —suplicó su madre.

—Señora, haré todo lo que esté en mis manos para poder salvar a su hija.

Todo comenzó a tornarse negro. Lentamente sus ojos se cerraron y fue entonces cuando perdió el conocimiento.

— ¡Señorita, quisiera informes de la paciente Megan Parker! La ingresaron hace unos momentos...

—Martha... Derek...

La mujer de cabellera castaña la miró con lágrimas en sus ojos miel. Se veía la desesperación en su mirada, lo que rompió el corazón de Abigail.

—Abigail... ¿Qué han dicho?, ¿ya sabes algo?

—Nada aún...

— ¿Qué pasó?

—Iban de camino a casa cuando un tráiler los impactó...

Ambas mujeres tomaron asiento. Derek podía sentir la impotencia al ver a su madre de esa manera. Tan sólo pedía que su hermanita estuviese bien. Megan y Martha eran todo para él y ahora no podía hacer nada por ellas.

    ***    

Habían pasado cuatro horas. Cuatro horas sin saber nada del estado en el que se encontraba Katherine, Megan y Mark. Abigail mordía sus uñas desesperadamente mientras que Martha movía con rapidez su pierna derecha. Sus ojos lucían hinchados y rojos debido a lo mucho que habían llorado. Estaban desesperados, cada segundo que pasaba era como años para ellos. Abigail echó su cabeza hacia atrás y soltó aire pesadamente.

—Familiares de Katherine Harrison... — Un joven doctor mencionó en la sala de espera mirando la tabla en sus manos. En ese instante Abigail sintió volver a la vida y se levantó de su asiento junto a Martha y Derek.

—Soy su madre.

—Señora, soy el doctor Aguirre, sólo quería informarle que su hija ya está fuera de peligro. En unas horas podrá pasar a verla, pero debo advertir que es probable que su hija presente una especie de lagunas mentales debido al fuerte golpe que sufrió.

— ¿Y qué hay de los otros chicos? —preguntó Martha mirando directamente a los ojos del doctor.

—El chico ya está en recuperación, sólo presenta un brazo dislocado. La otra chica aún está en quirófano.

— ¿Estarán bien?

—Por ahora no puedo darle esa información. Comprenderá que debemos esperar a que la operación termine. Por el momento, Katherine y el chico estarán en observación.

—Muchas gracias.

—Me pongo a su disposición para lo que necesiten. Buen día.

Abigail tomó asiento de nuevo con la vista dando directo al piso.

Las horas dispuestas por el doctor para poder ver a Katherine se sintieron una eternidad, pero finalmente la habían llamado para otorgarle una bata, guantes y un cubre bocas. Entró a la habitación temerosamente. Miró a su hija por un momento y soltó un sollozo casi inaudible. Caminó lentamente hacia ella y la tomó de la mano.

—Debes ser fuerte Katy. Te necesitamos... Por favor, sé fuerte, cariño.

    ***    

Permanecieron en la sala de espera con los nervios a punto del colapso. Derek trataba de consolar a su madre. Poco después, el doctor Aguirre volvió a posarse ante sus ojos.

—Familiares de Megan Parker.

—Aquí. Yo soy su madre.

—Le tengo buenas noticias. La operación fue un éxito. Por el momento se encuentra en observación al igual que los otros dos chicos, en su caso veremos su progreso y conforme a eso podrán pasar a verla.

—De acuerdo. Muchas gracias doctor.

Sentía un gran alivio. Megan estaba fuera de ese quirófano y ahora debería recuperarse. Miró a su hijo mayor y le dedicó una sonrisa cálida a lo que él respondió igual.

The Last WordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora