Martes 13 de Mayo del 2014

72 6 3
                                    

Ese dia soplaba un viento helado, olía a tierra mojada con algo mas...no estaba segura de que pero la reconfortaba. Apenas unos cuantos y escazos rayos del sol salian de entre las nubes, era temprano, el dia pintaba terriblemente gris...eso deprimía ligeramente. Miro la avenida, había centenares de personas caminando agitadamente, nunca se molestaron siquiera en ver las lindas farolas dispuestas en la calle, las cuales aun no habían apagado; tampoco repararon en los balcones de las casas, llenos de flores; ni siquiera notaron el delicioso olor a pan recién horneado que salía de la panadería local...todos iban apurados.

Ella se limitaba a caminar, le agradaba esa curiosa energía que circulaba por las mañanas, ver gente apurada, otras mas tranquila, pero absolutamente todos con la mirada concentrada y fija en un solo punto. Excepto por una, aquella mirada era verde, sobresalia de las demás, cual estrella fujaz que atraviesa el despejado cielo en una ociosa noche de verano. Era extraño encontrar miradas así, misteriosas, de aquellas que podrías sumergirte en ellas toda la vida y que seguirían sorprendiendote, de esas juguetonas y a la vez tiernas, curiosas y soñadoras, así lo vio. Alto, escondiendo su mirada bajo unos lentes negros de grueso armazón, tenía algo que no sabría describir muy bien pero ese algo le daba luz, lo hacia sobresalir, la obligaba a notarlo, a partir de eso jamás fue la misma.

¿Caminó por las misma calles? Si  ¿Comió en el mismo café que vsitaba desde hacia ya dos años? Definitivamente ¿Habló como siempre? Si  ¿Leyó lo que acostumbraba leer? Por supuesto ¿Volvió a su rutina? No, no desde aquella mañana.

Desde aquella mañana se sometió a otra rutina, la de él, no le conocia su nombre, no sabia su edad, ni la historia de sus pecas en las mejillas que tanto adoró. Sin embargo no podia evitar levantarse a la misma hora, ir a la avenida y esperar a esos ojos verdes, acompañados de sus lentes, unas mejillas rosadas, una nariz extraña y una mueca misteriosa que moria por conocer.

Viola

Esa mañana decidió ir por la avenida, hacia ya tanto que no lo hacía, el bullicio se hizo presente desde el primer instante. Gente caminando a paso rápido, otras hablando atareadas por celular, los puestos de café abarrotados al cien por ciento. Le hizo recordar el porque no tomaba aquella ruta. A lo lejos un cabello desalineado con el orden que habia en la cuidad llamo su atención, se movia libre con el viento que soplaba, "que curioso desorden" dijo para sí, pero a la vez era hermoso ver algo diferente para variar, su color café hacia contraste con lo gris de la mañana, "podría pasar viendo ese cabello toda la mañana" pensó de repente, decidio dar la vuelta para verlo aún mejor.

Se perdió en el mar de gente que habia, lo buscaba incesante, a aquella posedora de tan singular cabellera y ahí la vio. Tomaba pacientemente sus cosas, como si el tiempo no fuera oro para ella. Un singular rostro debió de admitir. Una tez blanca con unas rosadas mejillas, unos ojos cafés que facilmente te robaban el sueño junto con ese cabello que tanto su atención llamó. Era única, ni una gota de maquillaje en ella, era pura. Unos labios rosados y lindos para besar; le impresionó tal belleza, sin contaminar, sin querer aparentar mas edad...era solo ella. Estaba como aturdido. Apartir de aquella mañana de Mayo no volvió a soñar igual, solo podía pensar en aquel lindo rostro que encontró por una bulliciosa avenida, en aquel cabello rebelde que tanto llamo su atención. Y lo peor es que tenia razón, esos ojos cafes ahora fueron dueños de sus insomnios, ¿Su nombre? No lo sabía ¿En donde vivía? Ni idea ¿Cómo se ha robado su sueño? Quería saberlo.

Dereck

De amor y otros sentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora