"Un trago no hace verano, pero demasiados tragos hacen otoño" - George Prentice.
Mi brazo arde del dolor gracias al empujón que me dieron esta mañana frente a la parada del autobús, al parecer las personas no creen que los indigentes debamos de sentarnos o al menos usar alguna cosa pública frente a ellos, pero luego de eso encontré un pequeño pero cómodo rincón al lado de un gigantesco edificio donde alojarme. No se parecía en nada a mi anterior hogar, pero algo es algo. Solo lancé un trapo encima de las telarañas y mi bolso rosa al lado de un cajón de basura. Luego de visualizar el lugar me tiré al trapo pero mi cabeza calló en una bola de pelos, no sé exactamente que había sido pero estaba segura de que estaba cubierta de pelos. Me puse boca abajo y de una vez vi a esa tierna bola de pelos, un gatito. Lo tome con una de mis manos, pues era tan chiquito como una bola de papel y lo puse en mis piernas, quiero quedármelo, es hermoso, su pelo era un color blanco con pequeños grupos de pelos marrones, sus ojos mieles tomando una dirección a grises, y me miraba indefenso, tal como yo miro a las feas personas que me maltratan.
—“Bola de pelos” lindo nombre eh.
Y me eché a dormir junto a él, cubriéndolo por si se escapaba, llovía o hacía frío, soy una hermosa madre.
…
—Estoy esperando su respuesta señor Bieber— sonrío luego de tomar un poco de su café.
—Pues, honestamente señor...
—Henry, lo siento, Henry Miller, estoy tan desesperado buscando otro empleado que se me olvidó decirte mi nombre.
—Bueno, señor Miller, honestamente nunca en mi vida he trabajado, que yo pueda recordar. Mi padre nunca me había dejado hacerlo, ni siquiera estudiar pero soy un buen comerciante, y tengo bastante sabiduría sobre bebidas, así que pienso que seré un buen vendedor.
—No lo dudo, pues me estas convenciendo— da otro trago a su vaso de café, mientras di una pequeña carcajada.
—Muchas gracias.
— ¿Desde hace cuanto conoces este casino?
—Más o menos desde hace aproximadamente tres años, pero he venido seguidamente desde hace dos y tres meses— digo con bastante fluidez, pues la primera respuesta que digo con bastante orgullo.
—Oh, has estado bastante acá. Así que ya te debes de saber de memoria todos los tipos de bebidas que servimos acá.
—No se equivoca— sonreí.
— ¡Pues bienvenido, estas contratado!
—Oh, muchas gracias señor, no lo defraudaré, se lo juro— dije levantándome de la silla sujetando su mano en definición a agradecerle.
—Puedes comenzar ya mañana mismo— caminó hacia la puerta al otro lado de su escritorio y sacó un camisón blanco y un pantalón de vestir marrón, más un sombrero del color del pantalón. Me lo entregó y de una vez le di la “grandiosa” noticia a Walter y le pedí dos margaritas para festejar. Y así se convirtieron tres, cuatro, cinco, veinte margaritas entre los dos. Walter ya casi que se acostaba en la barra de lo borracho que estaba así que decidí irme a mi departamento y dejarlo trabajar, o algo así.
En el camino solo quería llegar a mi cama y lanzarme en ella, no soportaba el puto dolor de cabeza, sabía que estaba borracho, no como Walter, pero si lo estaba, tanto así que ya casi al llegar al departamento me caí, dándome duro contra la acera, ¡mi puta pierna! Ahora no solo la cabeza, también la pierna. Maldición. Abrí los ojos al pasar un poco el dolor y pude darme cuenta que no me caí por mi borrachera sino por un gato, un maldito gato atravesado. Tome el gato y al tomar equilibrio para lanzarlo algo me volvió a tirar al suelo, dándome nuevamente en la pierna.
— ¡MALDICION! — fue lo único que pude gritar antes de perder la memoria.
“Dejavú” lo primero en venir a mi cabeza al abrir los ojos y ver a la cosa que me lanzó al suelo para así desmayarme la segunda vez en la misma semana. Y si, conozco este lugar… el hospital.
— ¿Hola? — susurre con ronquidos a la chica que se encontraba sentada en el banco en la misma habitación que yo, algo me llamó la atención en ella, su suciedad.
—Mierda, ¡hola! — se levantó con torpeza del banco y camino hacia mí un poco asustada— discúlpame, es que ibas a tirar a mi gato, y si te das cuenta es un pequeñín recién nacido, iba a morir y pues…
—Está bien— la callé— solo… solo dame eso— señalé un vaso de agua al lado de la tv.
Ella me pasó el vaso de agua y se quedó allí parada frente a mí viendo como tragaba el agua, no puedo dudar que la tipa es rarísima.
Al beber la última gota dejé el vaso en la mesa de noche y me senté en la cama observando a la chica de arriba hacia abajo.
— ¿Y bien? — ella se quedó lela y empezó a cantar una cancioncita de cuna con su garganta— ehm…
—Pues no sé qué decirte, debo cubrir este silencio incomodo con algo ¿no crees?
— ¡Ve a buscarme algún tipo de permiso para irme de esta cosa de enfermos! — alcé la voz con la cual la hice sobresaltar y salir corriendo fuera de la habitación— pero que mierda…
Bajé mi mirada al piso, está llenó de polvo y huellas de suciedad, de verdad que estoy más confuso que la primera vez que me desmayé esta semana, “¿esa tipa me tocó?” esa puta pregunta resonaba en mi mente, mi ropa estaba al otro lado de mi y tan solo verla me daba asco.
Ella entró con una enfermera, una linda enfermera, la cual revisó mi temperatura y mi pierna que tenía una gigantesca curita beige.
No faltó que le picara el ojo, pero ella levantó su ceja izquierda y negó con la cabeza.
—Lo siento, pero debes de quedarte hasta mañana, tu pierna no ha reposado lo suficiente— dice subiendo mi pierna a una almohada.
— ¿Qué? Pero mañana debo ir… ir… ir a trabajar— susurro.
—Saldrás antes de las seis a.m. no te alarmes— en su rostro marcó una traviesa sonrisa y miró a… la chica— ¿ella es tu novia? Bueno te cuidará toda esta noche, no deberías de estar furioso.
—Ella no es mi…— la enfermera salió de la habitación en ese preciso momento haciendo que me enfadara aun más— debiste solamente dejarme en el edificio que estaba al lado e irte, te hubiera agradecido bastante con solo eso— la fulmino con la mirada antes de cerrar los ojos y darle la espalda.
—Mucho hice con traerte hasta acá, deberías de agradecerme.
— ¿Agradecerte? — grité sentándome en la cama— ¿estás loca? ¿Luego de que casi me dejas sin pierna por culpa de un puto gato? Sigue soñando.
— ¡Pensabas en matarlo!
—No lo niego, el casi me mata a mí.
— ¿Casi te mata? Primero que todo ya venías tambaleándote, si él no te hacia tropezar capaz y caías en medio de la carretera y un carro te hubiera matado ya, en este preciso momento no estarías peleando conmigo, segundo, solo fue un golpe en la puta pierna, ¡un gato no te hubiera matado jamás!
—No vengas tú a reprocharme, ya bastante hiciste con tocarme, ensuciaste mi ropa— siento en lo más profundo de mi interior que no debí decir eso, ups.
—Ah, por eso es que estas furioso, por haberte topado con una pulgosa como yo, ¿no es cierto? — baja su mirada hacia sus manos y desgraciadamente me siento culpable, la lastimé. No debí haber dicho eso jamás, soy un desgraciado.
Solo inhalé, me recosté y cerré los ojos para así quedarme dormido.
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Porn for money (Justin&Tu)
Fanfiction> Voltaire. Trailer: https://www.youtube.com/watch?v=yyAfyKRhyOw&feature=youtu.be Der. Ydamar Diaz Adap. :') Tus comentarios también cuentan parte de esta historia, ¡Expresalos!