Hecho un vistazo a mi alrededor, hay muchas personas, me satisface estar rodeada de gente con diferentes metas por las cuales se han subido a este tren, ya sea visitar a una persona o a unos familiares, ir de vacaciones, hacer negocios Todos tienen un objetivo, ser felices luchando por el resultado que quieren obtener, un pequeño sueño que quieren hacer realidad, una parte de su vida, un capítulo de su historia.
Ya ha pasado un hora desde que me subí a este tren, empiezo a tener hambre, menos mal que me he comprado un sándwich en el primer transbordo, al sacarlo de la mochila, veo que de la cartera se me ha caído la foto que más me gusta del mundo, en ella aparecen mis dos hermanas Cris y Erika, Junto a Kathy, mi madre, y Alexander, mi padre, siempre llevo esta foto conmigo, porque a parte de llevarles en el corazón, por mucho que me nos distanciemos, ya sea física o emocionalmente, siempre les tendré a mi lado pase lo que pase. Ya hace cinco meses que no les veo, pero no sé dónde están, el día que me fui de casa no me moleste en preguntar o buscar en algún papel la dirección nueva de su casa, ni la ciudad a la que iban, solo tengo el recuerdo de sus voces diciéndome que no lo hiciera, pero fui demasiado inmadura al pensar en que podía vivir sola, en que podía volar sin alas al lanzarme al vacío de esa ciudad…