Capítulo 1

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El recorrido había sido largo y pesado, _____ se sentía cansada, hambrienta, y sucia, deseaba poder llegar ya a su nueva casa, después de haber perdido el avión y asegurarse de que no había otro vuelo en tres días había tenido que coger tres autobuses para poder llegar, por fin.

No era una mansión, no era una gran casa, pero sí un piso reconfortable y acogedor, la verdad, le gustaba, había merecido la pena el viaje en autobús, o mejor dicho los viajes en autobuses.

Soltó las maletas nada más cruzar la puerta de casa, y tras echar un mejor vistazo se dejó caer en el sofá, donde cerró los ojos durante un instante. Mentalmente hizo una lista de lo que necesitaría para su nueva casa, y para sí misma, se levantó, y cogiendo la maleta se dirigió a la habitación, donde comenzó a colocar todas sus pertenencias, una vez hubo acabado, se cambió de ropa. Tras ponerse algo cómodo revisó la casa de arriba a abajo, con un pequeño cuaderno en las manos y un bolígrafo, anotando todo lo que debía comprar.

Una hora después de la revisión se puso las gafas de sol, cogió las llaves de su nuevo descapotable y salió rumbo al supermercado, donde compró todo tipo de comestibles y demás cosas.

Volvió a casa y miró su reloj, tenía dos horas por delante antes de la hora del almuerzo, se recogió el pelo, se puso la ropa de limpieza, sacó todo lo necesario incluido la nueva aspiradora y se puso manos a la obra con su nuevo hogar.

Hora y media más tarde todo estaba perfectamente limpio, recogido y ordenado, había limpiado desde el salón hasta la pequeña terraza, incluidos todos los muebles de cada habitación, que al ser nuevos decidió ver su estado.

—¡Perfecto! —dijo mirando a su alrededor—. Ahora un buen baño y a almorzar.

Tras coger la ropa que se iba a poner después de la ducha, se dirigió al cuarto de baño donde abrió el grifo del agua caliente para que empezara a salir mientras se desvestía.

Se metió bajo el chorro de agua y comenzó a enjabonarse…

«Lo mejor después de un día duro de trabajo es el sexo» se recordaba Luke Hemmings a la salida del edificio donde trabajaba.

—Hasta mañana Calum… ¿estás seguro que no te quieres venir conmigo a buscar acompañante?

—Muy seguro Luke, te recuerdo que tengo chica, y la quiero mucho.

—Bah, ¡tonterías! Un hombre no está echo para una mujer, cada hombre tiene siete mujeres —Calum estalló a carcajadas—. Tío no te rías es cierto, no lo digo yo, lo escuché por allí, no sé muy bien dónde, pero lo escuché. Anda vente.

—Que no Luke, espero que encuentres alguna que esté bien, ¡suerte!

—Gracias, aunque no la necesitaré, ya sabes, todas acuden a mí… Venga ya, vente.

—Hasta mañana Luke.

—Bueno, tú te lo pierdes, disfruta de tu “chica”.

Calum volvió a reír.

—Lo haré, no te preocupes.

—Vamos que no te vienes.

—Ya te he dicho que no, hasta mañana, no te acuestes muy tarde, que hay que descansar.

—También hay que hacer ejercicio, y eso es lo que pienso hacer esta noche. ¡Y tú te lo vas a perder!

—Adiós Luke, me voy ya que quedé con mi novia para almorzar, me debe estar esperando en casa.

—Que no te convenzo. Pues nada otro día será. Adiós.

—Hasta mañana… —«este tío no cambia, algún día lo hará» murmuraba Calum en su mente mientras caminaba hacia su coche agitando la cabeza.

Jugando Con Fuego (Luke Hemmings) [ADAPTADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora