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Llegamos a Japón por las 7:30 de la mañana, las personas que salian se veían contentas de ver a sus seres queridos, en cambio nosotros...

Nos dirigimos a donde a papá lo habían acomodado, era en un edificio algo viejo y desagradable por fuera, pero por dentro era muy agradable y acogedor. Pero ni eso me hizo sentir en casa.

--¿Aquí viviremos?--frunció el ceño con desagrado.

--Pero si esta muy bonito Steven--mi madre miraba el edificio, ni ella sonaba convencida.

--Sólo entremos--arrastro sus maletas con fuerza sobre el pavimento. Escuchando el rose de las llantas contra el suelo.

--Espera Jayson--mi madre lo tomo del brazo.--Su padre debe registrarse antes.--giro los ojos con fastidio.

Cuando por fin a mi padre le dieron el departamento, una amable señora de tercera edad nos acompaño dándonos orientación y explicaciones de como es el funcionamiento del edificio.

Metía mi equipaje al departamento cuando un chico japones con aspecto agradable se me acerco.

--Konnichiwa--lo mire sin saber que contestar, pero tampoco quería ignorarlo, ya que sus intenciones eran amabilidad-- oooh ¿koko kara jaarimasen?--seguí de igual forma, sacando mi celular para buscarme un traductor.--Perdón, hola, ¿no eres de aquí cierto?--este dio su mano, mientras sostenía mi celular.

--Ah., hola, no, no soy de aquí--sentí un poco de incomodidad estando con él, pues no entendía su idioma y muy apenas leí palabras japonesas al venir aquí.--¿hablas...

--¿Ingles?, si, por lo regular en este edificio mucha gente es como tú--miró hacia las maletas que estaba a un costado mio--pero bueno déjame ayudarte con eso.--sonrió.--¿Y de donde vienes?

--Gracias--agarramos las maletas y las llevamos a la recamara que mas se veía para mi.--De Inglaterra.

--Wooow genial--suspiro y después las dejo sobre la cama. La cual era matrimonial y muy cómoda. Me senté en un costado y comencé acariciar el cobertor de la cama, que estaba sumamente suave.

--Al parecer ya no es raro ver que cada inquilino que se hospeda acaricia los cobertores--quite mis manos de inmediato del cobertor y luego las junte poniéndolas sobre mis rodillas.--No, no tranquila, esta bien, yo hice lo mismo--sonrió de oreja.

--Realmente es suave--mire con detenimiento las figuras de esta.

--Y tu nombre es....--seguí el tallo de lo que seria una flor en el cobertor.

--Mickaela Parcks--su mirada estaba encajada en mis ojos que yo trataba de esquivarlo--¿Y tú?

--Hachiro Hashi, pero mis amigos me dicen Chiro--sonrió.-- Y puedes decirme así, ya somos amigos ¿no?--asentí algo indecisa, no había echo amigos tan fácilmente desde la preparatoria.

En eso entraron mis hermanos al igual que mis padres.

--Bueno, cualquier cosa pueden buscarme, vivo en el 204--se despidió de todos y luego salio como ladrón en fuga.

--Ese güey si que es raro--vacilo Steven después de tomar un refresco del refrigerador.

Mientras mi familia terminaba de desempacar sus pertenecías, yo observe mi recamara con detenimiento, había un pequeño tocador junto a la cama y la ventana que veías al entrar, había una pequeña mecedora junto del otro lado, la cual se veía que pertenecía a una niña por como estaba pintada, realmente estaba bonita y cómoda para leer un libro cuando quisiera.

Decidí por primero desempacar mi laptop, pues sabía que mis amigas estarían al pendiente de cualquier cosa y si llegue bien.

Prendí la laptop pero no tenia Internet, genial.

Ojos marronesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora