•CAPÍTULO 9•

231 23 18
                                    



LEER LA NOTA AL FINAL, POR FAVOR.

Y no olviden votar.

POV. JACOB

Estoy seguro de que si vuelvo a ver a Miller no duraré ni un minuto en asesinarlo.

Tantas ideas que se me pasan por la cabeza como por ejemplo, estrangularlo con mis propias manos, golpearlo como saco de boxeo hasta que me canse, ahogarlo, o torturarlo y muchas ideas más, pero de tantas ideas que tengo no sé cual elegir.

Y la niñata que lo ayudó, tampoco se quedará atrás.

Sinceramente Leah tiene agallas, en mis veintitrés años sólo me han desafiado una sola vez y digamos que esa persona no terminó bien.

A decir verdad, que ella hiciese lo que hizo hace unos minutos no me molestó y no sé por qué. Lo que sí me molestó, es que no me dejó terminar mi trabajo, porque yo no dejo ningún trabajo incompleto.

Mi teléfono vibra en mi bolsillo trasero, y llevo la mano para ver quién es la persona que interrumpe mis pensamientos.

Dex:

Ya está todo listo, jefe. Y ella acaba de llegar.

Lo leo y no le respondo.

Pensé en hacerle algo peor, pero esto es sólo el principio. Siendo sincero, es lo peor para ella, pero lo mejor para mí.

Disfrutaré de ver como poco a poco ella se consume en su soledad, porque el único amigo que tiene desde que llegó aquí según lo que me han dicho de la investigación que mandé hacer sobre ella, es el pedazo de mierda de Nick.

Disfrutaré de ver como se vuelve loca de las cosas que le haré. Nunca en mi puta vida había estado deseando tanto hacer sufrir a una persona, pero siempre hay una primera vez para todo, y esta no será la excepción.

No sólo la haré sufrir a ella sino también a Miller, aunque está claro que ella no sabe con quién se está metiendo, porque Miller puede ser igual que yo, pero no peor.

Leah se está metiendo en la boca del lobo, y no habrá persona que logre sacarla.

POV. LEAH

Luego de esperar cinco minutos a que pasara un bus y quince minutos de trayecto en los que me la pasé absorta en mis pensamientos, me encuentro bajando los escalones de autobús para dirigirme a mi departamento.

Saludo con un asentimiento de cabeza al conserje y subo los escalones hasta mi piso. Antes de llegar a la puerta suena mi teléfono indicándome que me ha llegado un mensaje, lo desbloqueo y lo leo.

Nick:

Princesita, hoy en la noche carreras de autos. Si vas a correr tienes que estar aquí a las diez de la noche, a las diez y quince empieza la carrera, no faltes.

Yo:

No tengo auto, sólo la motocicleta. Consígueme uno y correré.

Luego de responderle me detengo abruptamente en frente de la puerta de mi departamento.

La manija de ésta ha sido forzada y la puerta está medio abierta.

Más de Ti «PAUSADA»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora