Mi Despertar

Capitulo 2

-¡Ni loca!.- exclamo la castaña.

-Bien-hizo una pausa sin dejar de mirarla-No tienes opción.

-¿A que te refier...?.- fue interrumpida por tierno beso en sus labios.

Dycon la agarro de la mano y empezó a levitar, mientras la chica incrédula no dejaba de parpadear. Cada vez estaban mas alto.

-¿Te dio un tic? ¿O que?.- dijo El ojiambar risueño.

-T-Te...

-¿Te...?

-¡¿Te crees muy gracioso idiota!?.-Dijo esta con mucha rabia.

-Vamos, admite que te gusto.-dijo este muy sin vergüenza.

-¡Eres un descarado! ¡Suéltame! ¿Sabes que esto se llama secuestro?.- dijo ella amenazándolo.

-Se llama rescate princesa.

-¿Princesa? ¿No que me conoces?.- dijo Alicia riendo a carcajadas.

-No es que quiera llamarte así, pero debo, es mi responsabilidad. No te creas tanto sabes. 

La chica lo miraba confundida e irritada. 

-Eres una princesa literalmente, vamos rumbo a tu reino. Tu fuiste la elegida y yo,  pues tengo la desdicha de ser tu caballero.- dijo desanimado para luego reírse.

-¿Sabes que no te creo nada cierto?

-Cree lo que quieras, aunque explícame el hecho de por que estamos volando.

-Seguramente es un sueño raro, como el que tuve hace un momento.

El rió. Ella lo miraba media molesta pero al igual tratando de no reír por sus comentarios. 

-Eres un idiota.-dijo finalmente ella.

-Pues seré el caballero idiota de una princesa rara supongo.-respondió muy alegre.

-Y si esto no fuese real... ¿Que esta pasando?

-Tu reino te necesita, El ya viene y te quiere muerta, para eso utilizara trampas planeadas desde hace tiempo. Ya casi cumples la edad maldita en los reinos de fantasía. Casi tienes 16.-dijo Dycon. 

-¿La edad maldita? ¿16 años? Esas si son pendejadas.- rió mas fuerte para luego hablar.- Y déjame adivinar ¿mi mascota es un unicornio?

-Si, exacto.

-¿Y tengo poderes mágicos?

-Los obtendrás, cuando cumplas dieciséis.

-Valla típico de los cuentos de hadas. 

-¡Cállate!.- dijo este cortante.

-¿Porque? ¿Hiero tus sentimientos?

-Mira, si no te callas te volveré a besar.-dijo este amenazante.

-Que asco, mejor me cayo.

El chico volaba mas deprisa, mirando a todos lados mientras Alicia se quedaba callada reflexionando todo este asunto mágico. El ambiente se puso tenso. El chico sudaba, algo le ponía nervioso. Le habían advertido de los peligros que habría al recoger a la princesa pero el acepto, todo por su reino, todo por el orgullo de su familia.

-¿que es eso?.- hablo finalmente Alicia muy curiosa sobre los seres que se veían a lo lejos que a su vez se acercaban cada vez mas. 

-¡Hadas! ¡Mierda!.- dijo este al instante.

-¿No que muy santo?.- dijo ella burlona.

-¡Cállate! No sabes lo que pasa.- hizo una pausa pensando en lo que debía hacer- Solo no oigas lo que dicen ¿Ok?

-¿Por que?

-¡Solo hazlo!

-Oye, tranquilo viejo.-dijo para después reírse un poco.

En eso llego la primera hada, vestía muy normal, uno se imagina a este tipo de seres con vestidos hechos de hojas o con el color de su elemento así como las Tinkerbell o las hadas de la bella durmiente, pero no, esta tenia ¿¡shorts!? ¿¡Pelo teñido!? ¿Que sigue... una hada con lentes y seductora? pues esa misma llego después de la primera, por ultimo un hada ¿¡Hombre!? ¿Pero que mierda!!?

-Hola Dycon ¿estas engañando a Tiffany? ¿La vas a violar? ¿O simplemente la vas a ma..?.- fue interrumpida antes de que pudiera terminar se pregunta.

-¿¡Por que no cierras la boca y te largas de una buena vez Teresa!?.- se veía fastidiado.

-¡Hey! cuida esas palabras gusano! recuerda con quien te estas metiendo.-dijo el hada que en realidad no sabia si era hada debido a su genero.

-¡Tu cállate Tyler!-dijo mirando hacia en frente- Pinche bicho raro...-murmuro.

-¡Ahora si te parto el cu...!

-¡Suficiente!.- grite.-¡Ya me tienen hasta la...-Dycon me tapo la boca con una de sus manos.

-¿Quien es ella?.- dijeron al unisono.

-Nada que les importe.-su voz sonaba  seria.

Las hadas no soportaron los berrinches del ojiambar y se largaron. Al cabo de un rato llegamos a lo que parecía ser una especie de castillo ¿¡en una nube!? Ahora si ya me estaba quedando asombrada, siempre pensé que los unicornios no existían pero... 

-¿¡Que hace esta hermosa criatura aquí!?.- exclame para luego ir corriendo a abrazar al gran majestuoso animal.

-Pues, esa hermosa criatura tiene mejor trabajo que yo.-dijo irónico.

-Tu cállate y no arruines esto.

Al abrazarlo me sentí protegida, feliz y única, lo que nunca había pensado sentí en un instante aunque un momento de nostalgia paso por mi mente, recordé a aquella bella mujer que me dio la vida, mi madre.