Capitulo 3

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Finalmente entre al castillo, era muy fino y elegante lo que me hizo recordar mi vestimenta actual, todo un fiasco. A los lados del salón de baile se encontraban varias doncellas junto con lo que a mi perspectiva parecían ser hadas junto ninfas, bellas elfos y unos chicos muy elegantes, solo se quedaban mirándome y criticándome, como odiaba a ese tipo de personas.

De la puerta principal salio una hermosa princesa de cabellera rubia pelo totalmente lacio, muy fino, su mirada expresaba dulzura y amabilidad. 

-Es un placer saludarla majestad.- dicho eso me hizo una reverencia. No obstante las demás criaturas hicieron lo mismo.- Muchas gracias Dycon, te puedes retirar.

-Como desee.-terminando de hacer la reverencia ante la chica se fue sin siquiera despedirse de mi.

-¿Te encuentras bien? Princesa Sellers.-me dijo una voz masculina desconocida, al voltearme note a un chico vestido de príncipe con cabellera rubia y ojos azules, en mi mente se repetía la frase "Tu no podrías faltar". Su sonrisa era encantadora mente sexy, al diablo lo que no creía esto derrite a cualquiera.

-H-Hola .- ¡Mierda! soné nerviosa. 

Me regalo una sonrisa, una sonrisa tan hermosa que hizo que sonriera como una tonta.

-Mucho gusto hermosa, mi nombre es James Walker, soy su prometido.

¿Prometido? ¿Casarse? Ni loca.

-¿Como que prometido?.- le dije.

-Pues que yo soy oficialmente su novio y me casare con usted, la he esperado desde hace mucho y finalmente hoy la conocí.

-¿Y quien te dijo que quería casarme? ¿Quien te dijo que quería tener novio? A caso preguntaron mi opinión.

-Hermosa.-hizo una pausa- ¿Te molesta casarte conmigo?

¡Joder! me miraba a los ojos, sus ojos azules que hacían revolotear a todas la pinches mariposas en mi estomago. Pensaba en que responder, al final opte por decir que si gracias a una explicación muy elaborada en esta cabeza: Si me casara con alguien ese alguien es el, dios esta bien hecho. Santa si cumplió mi regalo.

-Claro que no.-le dije tratando de parecer provocativa, olvidaba que eso no se me da.

El solo se rió. ¡¿Se rió de mi!? Ahora si le parto su madre.

-Te vez adorable.- eso colmo el vaso.

Dios mio... ¡Me enamore! 


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