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¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué?
Es que esto simplemente no me puede estar pasando a mí.

Esas palabras resonaban en mi cabeza en busca de respuestas mientras leía una y otra vez el mensaje.

"Descansa nena, que mañana será un día muy largo. Matteox."

¿Acaso era alguna clase de broma pesada?

"¿Cómo es que tienes mi número?"

Decidí contestar el mensaje, al cabo de unos minutos contestó.

"Sabes que alguien como yo tiene sus contactos (;"

Le contesté.

"Bien, entonces dile a tus contactos que no me acosen y tú tampoco, no me hables."

"Te dije que no te librarías tan fácil de mí, muñeca. Dulces sueños."

- Cínico. -músite.

Decidí ya no contestarle y tratar de dormir.

¤¤¤¤¤

- ¡Mami, mírame! - grité cuando era una pequeña de nueve años.

- Que bien hermosa, te dije que podrías andar en bicicleta. - me gritó mi madre con esa sonrisa tan típica de ella.

- Sí, es muy fácil. Ojalá papi estuviera aquí.

- Son las 6:30 de éste hermoso martes, se estima que habrá un sol radiante y estaremos a 28° centígrados, así que tomen sus lentes y...

Desperté pesadamente.

Desde hace años que sueño con mi madre, desde aquel día...

Golpee mi despertador, odiaba a los locutores matutinos.
Tallé mis ojos, me estiré y caminé perezosamente hacia el baño. Después de bañarme y hacer mis necesidades, bajé y para mi suerte se encontraba mi tía.

- ¡Hola linda! Madrugaste. - dijo con una sonrisa, déjando un plato con fruta picada en la mesa.

- Sí, digamos que ahora si puse el despertador. - bostecé. - ¿Es para mí?

- Sí. Ya me tengo que ir a trabajar, disfruta de la fruta y vete con cuidado a la escuela...

- No te preocupes. - dije dándole una sonrisa.

- ¡Oh! Y ví que el auto estaba abollado de la parte trasera. - dijo con voz seria. - ¿Algo que me quieras contar?

- Bu-bueno... yo... - estaba a punto de contarle pero su celular me interrumpió.

- Espera... ¿Si? Ajá... voy para allá. -colgó. - Me tengo que ir y de ésta no te salvas.

- Que te vaya bien, y espero se te olvide llegando a casa. - dije en un susurro esto último.

- Nos vemos. - me dió un beso en la frente para luego marcharse.

Suspiré.

- Bien, comencemos. - dije agarrando el tenedor y pinchando la fruta para comer.

****

- Llegas temprano. - dijo Simón caminando conmigo por el largo pasillo. - Así que... ¿Eres la nueva víctima de Balsano? - no pude evitar quedarme en shock.

¿Era yo la nueva víctima de ese sexy castaño?

- ¿Quién te contó? - fué lo único que logré decir.

Mi Chico Malo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora