Mi Chico Malo

04

Me dí media vuelta algo aterrorizada, estamos en una escuela ¡por Dios! Pero digamos que hay tanto chicos de clase alta y caballerosos, como de clase baja y atemorizantes.

- Yo... bueno, sí... - dije mirándolo. Era guapo el chico, cabello negro, ojos color miel, era un poco más alto que yo, delgado con un poco de músculo y es güero, a fin de cuentas no se veía tan atemorizante.

- ¿Quién eres?

- Soy Daniel... - dijo mostrándome una lobuna sonrisa.

Mierda, mierda y más mierda. Sí, éste tipo era igual que Balsano. Más bien, uno de los contrincantes de Balsano. Tenían grupos o bandas, como se les diga. Jamás me había preocupado por eso, hasta ahora... ¿cómo me safo de esto?

- Yo soy Luna Valente. - dije desviando mi mirada al suelo donde se encontraban mis llaves.

- ¡Oh! Qué grosero soy. - dijo agachandose, tomándo mis llaves del suelo y levantándose. Ahora lo tenía más cerca.

- Sí... Daniel... ¿me podrías dar mis llaves?

- Seguro, linda... - dijo para luego darme las llaves tan delicadamente como si fuera una muñeca de porcelana, mientras la tensión se iba, me miró dulcemente. ¡Wow! Para ser un tipo malo era bueno cuando se trataba de cortejar.

- Bueno... gracias. - dije sonriendo.

- No te preocupes. Oye, te ví en la sala de castigos, parecías... nerviosa.

- Lo estaba, no pensé que hubieran tantos alumnos. - mentí.

Estúpido Balsano... lo que provocas.

- Son inofensivos... bueno, en su mayoría. Uhm ¿quieres ir a tomar algo?

- Bueno... es que ahora voy a estar algo ocupada.

- Okey. - dijo desanimado pero volvió a sonreír. - Si algún día estás aburrida o necesitas hablar con alguien, llámame. - dijo y me dió su número en un papelito doblado, se dió media vuelta para desaparecer de mi vista, seguro lo llamaré, por cierto... creo que el papelito ya lo tenía preparado. Sospechoso.

Subí al auto y me fuí directo a casa.

Matteo:

Mientras el viejo decía que podíamos largarnos de este cuchitril, vi como Luna se iba volando del salón.

Nota: sí que es rápida y le da miedo estar aquí...

Bueno, salí un poco después que los chicos ya que ellos iban a prepararse para hacer un trabajo que le habían prometido a un tipo, éste trabajo consistía en ir a clubes nocturnos o bares y vender droga; yo de vez en cuándo lo hacía, no me gustaba ese tipo de trabajos pero ganaba buen dinero, además si no queríamos estar en el bote por varias semanas, con pruebas que ellos tenían de varias cosas ilegales que hemos hecho, teníamos que hacerlo. Yo por suerte hice mi trabajo la semana pasada, así que no me andan jodiendo.

Salí por las puerta a paso lento.

- Bueno... gracias. - esa voz dulce e inconfundible.

- No te preocupes, si algún día estás aburrida o necesitas hablar con alguien, llámame. - cuando lo vi pasando justo frente a mí, lo agarré por la camisa y lo tiré al piso con un pie en su cuello.

- ¿Cómo te va? ¿Acosando a señoritas de nuevo?

- Pero miren quién está aquí, nada más y nada menos que Balsano... y no, no soy tú cuando andas borracho. - se ganó un putazo en la cara, haciendo que le sangrara la nariz.

- Yo no las acoso, ellas vienen a mí solas... no como tú, que andas atrás de ellas.

- Escucha Balsano, no quiero pelear ¿de acuerdo? Aparte de que no estoy cómodo con nuestra actual posición, además ¿por qué te enojas? No hice nada malo... a menos de que te interese esa muñeca.

- ¿Qué? Hablas tonterías.

- Entonces... sueltame. - lo solté y se paró rápidamente, limpiándose la nariz con el dorso de la mano. - Le di mi número, estoy seguro que me llamará... no es ningun inconveniente para ti ¿cierto?

-Por supuesto que no, ahora lárgate antes de que me arrepienta.

- Mira como tiemblo. - hizo un ademán de temblar y se alejó de mi vista.

Me subí a la moto y fuí a toda velocidad a mi departamento. Nico no se encontraba así que estaba solo, decidí darme un baño.

"Cualquier cosa antes que los deberes" Ese era mi lema, me desvestí y me metí bajo el chorro de agua, que relajante era esto, sin siquiera darme cuenta me encontraba pensando en lo que me dijo Daniel.

"Le dí mi número, estoy seguro que me llamará... no es ningun  inconveniente para ti ¿cierto?"

¡Por supuesto que lo era! Iba a arruinar mi plan de enamorarla, pero nada haría que dejara que ella saliera con él, de eso estaba seguro...

Luna:

Llegué a casa después de ese atemorizante pero cómodo encuentro, no debería de juntarme con él... después de todo, no es de fiar, lo acabo de conocer.

~También acabas de conocer a Balsano y eso no impidió que te besara en la comisura de la boca~

- ¿Algún día te callarás?

- Luna, ¿con quién hablas?

- ¿Eh? - me sobresalté. - Tía, no me espantes así.

- Creo que estás quedando loca.

- Solo hablo con la tonta voz de mi cabeza.

- Loca.

- Bueno, en vez de criticarme, ¿qué hay para la comida?

- Pizza.

- ¡Si! ¡Eres la mejor! ¿Lo sabías?

- Ya lo sabía. - dijo guiñando un ojo. - Y bien... ¿me contarás lo del carro? -más que una pregunta, lo dijo como una orden.

- Seguro... mira, eh, ¿cómo empezar? -dije nerviosa. - Cu-cuando me llamaste para saber a qué hora salía, pues... tuve un ligero accidente.

- Pero no te pasó nada ¿cierto?

- No no, estoy más que perfecta.

- ¿Y la persona con la que chocaste?

- Actuó de una forma... - estúpida, bipolar y prepotente. - muy aceptable... y cuéntame, ¿por qué estás temprano en casa? - dije para cambiar de tema, antes de que me siguiera preguntando sobre "con quién tuve ese accidente" y se diera cuenta de que llegué tarde hoy. .. no quería que supiera que me castigaron una hora.

- Pues verás... mi jefe me llamó para que fuera a su oficina cuando...

Terminamos de comer y en lo que ella lavaba los trastes sucios yo me fuí a mi cuarto a hacer mis tareas. Terminé a eso de las 6:30, agregué el número de Daniel a mi celular. En ese momento me llega un mensaje.

"Fiesta en casa de Ámbar, todos están invitados este viernes"

Ustedes creerían que por ser ella no iría, pero me encanta ver su cara de "¿qué hace ella aquí?"

No me perdería esto por nada.