Día 2 : Ship favorita.

102 19 13
                                    


Yuri ya estaba harto de aquella situación. Mila no paraba de hablar por teléfono con Sala, lo cual no era ninguna novedad y tampoco le resultaba molesto debido a la costumbre. 

No, lo terrible de aquellas llamadas es que Mila repetía cada dos minutos el nombre de la mayor molestia que pudiese alguna vez cruzar su existencia: Jean Jacques Leroy, mejor conocido como JJ. Hasta ahora la molestia de su presencia se había limitado a los eventos donde se encontraban como competidores, pero ahora la bruja de Mila lo había llevado a su hogar, mencionándolo a cada rato. Eso tenía que parar.

—Si, pero debemos ir a un lugar tranquilo. No creo que Jean se vaya a sentir cómodo en un bar como el que nos recomendó tu amigo —Mila escribía en su portátil mientras hablaba con su amiga al otro lado de la línea— .Oh si, yo tampoco creí eso de él, supongo que es como dicen por ahí, que las apariencias engañan —rió con gesto incrédulo —. Un tipo sexy y pícaro como Jean, pensarías que no pierde la oportunidad de ligar, pero...

Y fue interrumpida por un furioso Yuri golpeando el sillón donde ella se encontraba. Mila lo miró sorprendida.

—Te llamo más tarde, tengo que disciplinar a alguien —y Mila colgó el teléfono—. ¿Se puede saber qué te pasa, Yuri? —dijo Mila con tono calmo pero obviamente molesto.

—¡Esa es mi línea!¡¿Se puede saber hasta cuándo seguirás hablando de ese idiota?! —Yuri fue al grano enseguida.

Mila relajó sus facciones y ahora se encontraba desconcertada. No sabía de qué hablaba Yuri.

—No sé a qué te refieres.

— Agh, por favor. Te la pasas hablando de él a cada rato desde hace días. Ya me tienes harto.

Mila lo volvió a mirar confundida por un momento, y después de analizar lo que el chico decía, entendió la queja.

—¿Te refieres a Jean? —Yuri asintió furioso. Ahora era Jean no JJ, vaya broma.

—Si, ese idiota —confirmó Yuri—. Ya me tienes harto, lo mencionas todo el día cuando platicas con tus amigos.

La chica sonrió burlona.

—Que curioso —el gesto de burla de la chica no desapareció.

—¿Ah? —fue lo único que Yuri pudo articular—. ¿Qué es curioso? —la miró desafiante. Mila no se inmutó.

—Es curioso que sólo te moleste que mencione a Jean, que sólo repares en el hecho que lo menciono a él cuando he dicho el nombre de Emil y Michele infinidad de veces también —sentenció la chica, con un brillo triunfante en su mirada al ver como el joven rubio se alteraba.

—¿Qué insinuas, bruja? Claro que me molesta, porque el tipo es odioso y lo detesto. No hay nada nuevo ahí —hecho una furia se cruzó de brazos.

—No sé por qué piensas que es odioso, pero yo no lo veo así. Es un chico genial —Mila se dirigió a su armario mientras hablaba con Yuri, y éste la siguió casi por inercia.

—¿Genial? ¿Qué puede tener de genial un presumido como él?

—Oh, ya habló el joven humildad —Mila no pudo evitar reírse. No tenía nada en contra del carácter de Yuri, pero le parecía gracioso que lo llamara presumido —¿No eres tú el que dice que pateará el trasero de tus rivales?

Yuri apretó los puños, no tenía nada que decir contra eso.

—No me compares —fue lo único que se le ocurrió decir mientras miraba hacia otro lado.

—Como sea —dijo Mila restándole importancia—. Jean tiene otras cualidades. Te das cuenta una vez lo empiezas a conocer. Antes de conocerlo, yo también lo juzgué mal —dijo pensativa—. Es muy amable y caballeroso, por ejemplo.

Ocho días con el ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora