EL SABOR DE TU CORAZÓN (MALEC AU) [En Edición]

35.Wish You Were Here

Alec

"Maldita mi suerte, por no estar contigo, maldita mi suerte por no estar contigo, por no estar contigo, y si no puedo tenerte ya nada tiene sentido"

Una reunión nueva había sido hecha por Robert y Maryse según ellos para fortalecer y revalidar el peso de sus palabras y la promesa que les habían hecho a sus hijos, a Alec no le hacía mucha gracia todo eso ya que sabía que si en algún caso esa promesa fuera mentira sus hermanos nunca lo podrían superar y eso era algo que quería evitar a toda costa.

Ese día su turno terminaba relativamente temprano y todavía con su uniforme laboral acudió a la famosa reunión para escuchar todos y cada uno de los argumentos que sus padres tenían para dar.

Tocó la puerta porque aunque aún poseía la llave le parecía un tanto irrespetuoso entrar así cuando él ya contaba con un hogar propio.

La puerta fue abierta por Jocelyn quien lo saludó antes de indicarle que todos estaba reunidos en la sala.

Llegó allí y le alegró ver las sonrisas en los rostros de los ahí presentes incluidos sus padres.

-Buenas noches- saludó educadamente.

-Buenas noches hijo - respondieron Robert y Maryse a coro.

-Buenas noches Alec- lo saludaron sus hermanos.

-Así que solo faltaba yo, ahora que ya me encuentro aquí quisiera saber el motivo por el cual quieren hablar con nosotros- pidió.

-Pues bien, hablamos con Jocelyn y Luke para aclararles que no tendrán que dejar la casa ya que el hecho de recuperarlos no les quita a ellos el derecho de cuidarlos y vivir aquí porque legalmente son sus tutores o al menos de todos menos de ti Alexander, entonces acordamos visitarlos todos los días para integrarnos a su vida y conocerlos más a fondo, no queremos ser fastidiosos y tratar de formar el lazo padres e hijos que debimos haber hecho desde hace mucho tiempo- explicó su madre.

Los chicos asistieron en comprensión a lo anteriormente citado, dadas las circunstancias era muy sensato lo que proponían y ellos estaban encantados ante la idea.

-Algo más que quieran agregar chicos?- cuestionó Maryse.

-De hecho si- dijo Max- queremos que de verdad se tomen en serio todo esto, agradecemos y estamos sumamente emocionados ante la posibilidad de formar lazos con ustedes pero queremos que lo hagan de corazón y no por obligación.

-Por supuesto que sí pequeño, en verdad sabemos que cometimos muchos errores como padres, nos arrepentimos y estamos tratando de enmendar el daño cometido, también sabemos que no será tarea fácil sin embargo si ustedes aceptan daremos todo de nuestra parte para enorgullecerlos- ver a Robert hablarle a Max de esa manera generó un sentimiento en el ojiazul quien en el fondo de su corazón deseó que su padre hubiera sido a sí con él en su niñez y no haberle causado heridas, mismas que tardarían mucho en sanar ya que a pesar de tener dieciocho años y de haber transcurrido al menos ocho años desde esos maltratos seguían doliendo como si aquello hubiese sucedido el día anterior.

-Entonces si mis hermanos están de acuerdo con esto yo no me opongo y les pido que se esfuercen para hacer con ellos lo que no fueron capaces de hacer conmigo- soltó el pelinegro con cierto toque de reproche aunque esa no era su intención.