CAPITULO 7

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Los días han transcurrido de una manera tan rápida que quizá olvido disfrutarlos. Aquí el tiempo tampoco se ha detenido. Me gusta la escuela, y pasar tiempo allí me agrada. Y la cafetería también me gusta, con el servicio eficiente. En la escuela anterior no había mucho de eso. Todo lo que hay aquí me gusta, pero extraño a mi familia.

Hablar por teléfono con mamá no es suficiente. Quisiera tenerla cerca, y que me de un beso en la frente cada vez que necesite uno. Y también abrazos. Esa sensación de protección. Echo de menos todo eso.

Lo bueno de esto es que ahora soy independiente a ellos. Pero la soledad no es una gran compañera, tanto que a veces puede convertirse en un enemigo.

Mi amigo Dave ya no tiene mucho tiempo para mí. Se ha dedicado en la realización de proyectos que tiene que hacer con sus amigos. Cuando tiene tiempo me llama por las tardes y me dice ocurrencias que hacen que mis días sigan alegres. Él trata de estar al pendiente de mí, a pesar de que las labores de escuela han absorbido la mayor parte de su tiempo. Inclusive trata de que pueda tener una charla con su otra amiga, que al parecer ya no me odia tanto como al principio. Quizá estaba un poco celosa de que le robara la amistad de Dave, pero no pretendo hacerlo. Solo respondo a las atenciones que Dave me mostró desde que llegué aquí. Fue la primera persona en hablarme.

Asi que ahora estoy aquí en la cafetería, bebiendo un café y comiendo galletas mientras leo un artículo de política en Internet. Escucho el ruido de los platos de porcelana caer sobre las mesas. También el de todos hablando y riendo a carcajadas al ver como los del equipo de fútbol maltratan a un tipo. Que cobardes son, si tuviera más fuerza y fuera más alta los enfrentaría y quizá los derrotaría. Pero se que no es así, me tendré que conformar con la estatura que me heredó mi hermosa madre y mi cuerpo delgado.

Sigo leyendo mientras bebo un sorbo de café, aunque siento que alguien me mira detenidamente. Discretamente volteo a los lados buscando saber quién es. En ese instante lo veo. Ian está ahí, junto a la puerta. Sé que es el quién me mira. Finjo no verlo. Clavo la mirada en mi laptop y sigo leyendo pero pierdo la concentración de lo que hago, aún siento la mirada. Me pongo más nerviosa. ¿Qué me sucede?
Tomó valor y decido enfrentarlo. No debo demostrar que me afecta.

Me decido hacerlo. Levantar la mirada y verlo a los ojos de nuevo, con seguridad, pero ya es tarde. El desapareció. Lo busco por todos lados , intento ser sutil, aunque no funciona mucho. Segundos después lo encuentro sentado en con un montón de chicos y chicas (lindas) una de ellas lo acaricia. Él le sonríe. Parece gustarle lo que está haciendo.
Dejo de mirarle y regreso a mi realidad. Pongo un poco de música en mi teléfono y sigo en mi rollo. Bebo café de nuevo. Sólo fue un encuentro entre nuestras miradas, nada de que preocuparse.

-No deberías estar sola.
Levanto la mirada. Y veo que es Ian, frente a mí. Hablándome. Después de lo que pasó no me imagine que me hablara. Él no fue amable conmigo.
-¿Me hablas a mí?- Trato de que no note lo nerviosa que estoy.
-Sí. Eso parece. -Duda un poco.
-Bien. Me gusta estar sola. Pense.
Guardo mis cosas y me dispongo a irme. No quiero hablar con él. Bueno si quiero pero prefiero que sufra mi indiferencia como venganza.
-Oye, no tienes que irte.¿ Podemos hablar?
Pienso en una buena respuesta, ¿De qué podría hablar con él? Parece otro Ian. Más amable.

—¿No te importa dejar a tus amigos?
—Ellos ya se marcharon, me dejaron sólo.
—Bien. -Me levanto y esta vez sí decido irme.
—Espera. No te vayas.
—Esta bien. ¿De qué quieres que hablemos?
—Primero: Quiero disculparme por mi actitud del otro día.
¿Una disculpa?
—Lo se. No fue el mejor trato.
—Segundo, deseo saber tu nombre.

Dudé en decirle mi nombre. No sé si hago bien. Pero tengo el presentimiento de que algo está por sucederme.

—Entiendo si me rechazas. Estás en tu derecho.
—Ally. —Tartamudeo.

Veo que discretamente su expresión cambia.
—¿Aceptarías una invitación a salir esta noche?

¿Una invitación? ¿Eso es una cita? No sé cómo interpretarlo. Solo es un INVITACIÓN.

—Depende—le observo.
—¿De qué?—se pone de pie.
—De todo—Se le forma una ligera sonrisa en el rostro.
—Te veo en la noche Allicia.

Me sorprendió el cambio en su actitud. Creí en su arrepentimiento. Ahora tenía una salida con el chico guapo que me salvó. La vez que hablamos, el fue muy grosero, y lo hizo porque la gente nos miraba, creo que a él le importa demasiado lo que otros piensen y que su reputacion y fama no se manchen.

Quiero contarle a alguien lo que acaba de sucederme. Dave, hace algunos días que no salimos. Solo lo veo entre clases.





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