A trophy father's, trophy son.

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Se desató una lluvia torrencial en la ciudad de Las Vegas, en el momento menos adecuado para el joven que prácticamente trotaba para llegar a casa. Aunque durante el camino se dio cuenta que perdía su energía en vano, ya se encontraba totalmente empapado. Escurrían pequeñas gotas de agua por todo su rostro gracias a los mechones de cabello ahora mojados que cubrían su frente. Aquel día no podía terminar peor, pensó. El haber tenido que lidiar con Brendon haciéndole preguntas que no eran de su incumbencia lo había sacado de sus casillas. No dejaba de preguntarse cuál era su problema. Sí, tenía que darle algo de crédito al chico por ser capaz de darse cuenta por su verdadero estado de ánimo, particularmente porque él pensaba que era bueno disimulando. Y el imaginarse que su aspecto reflejaba lo mal que se sentía emocionalmente le hacía sentir enfermo. A demás, la manera en que Brendon tomó su mano logró descolocarlo, por un segundo había pensado en contarle todo lo que le sucedía, pero agradeció reaccionar lo suficientemente rápido para evitarlo.

Al llegar a casa deseó poder pasar por desapercibido, cómo usualmente acostumbraba, pero parecía que no tendría suerte. Las luces de la planta baja estaban encendidas lo cual significaba una sola cosa, su padre estaba presente, y despierto; el olor a licor inundaba toda la casa. Eso le provocó un escalofrío.

"¿Dónde rayos estabas?" Ryan se sobresaltó ante la voz grave que provenía detrás de su espalda al cerrar la puerta.

"Con un amigo" No era del todo una mentira, estuvo con Brendon durante la mañana, aunque después caminó solo durante horas hasta que anocheció.

Su padre no pareció muy satisfecho con su respuesta pues azotó la palma de su mano contra la pared, poniendo al corazón de Ryan retumbar con fuerza contra su pecho "¿Otro maricón cómo tú?"

El adolescente respiró profundamente en un intento de encontrar la paciencia necesaria que le ayudara evitar iniciar una pelea. Con la mirada baja trató de abrirse paso entre el hombre frente a él y el estrecho pasillo, pero resultó imposible; antes de avanzar su padre había llevado ambas manos a sus hombros para agitarle con brusquedad. "No me explicó que hice para merecer un hijo como tú" Dijo con evidente disgusto "Ni siquiera tienes el valor para mirarme a los ojos, estás temblando cómo un maldito marica cuando ni siquiera he empezado"

El cuerpo de Ryan solía traicionarlo en este tipo de circunstancias; eran insultos que escuchó todo el tiempo mientras crecía, le había dicho cosas mucho peores, pero aun así no podía controlar el sentirse indefenso frente a él. Con miedo, porque tal vez, todo aquello que le decía no era totalmente una mentira.

"Sólo iré a dormir" Habló en voz baja al tratar de librarse de su agarre.

"Sí me tuvieras tan sólo un poco de respeto evitarías maquillarte de esa manera tan desagradable" Azotó con demasiada fuerza el delgado cuerpo contra la pared "Estoy seguro que si me encontrara a un tipo como tú en la calle lo golpearía hasta que mis nudillos sangraran" Le soltó de mala gana y Ryan se apresuró a caminar hasta las escaleras pero tuvo que hacer una pausa al escuchar su voz una vez más "Y ni siquiera se te ocurra poner música al volumen que acostumbras, no sé porque todavía no te haces la idea en tu cabeza de que nunca vas a triunfar, todo lo que haces es una absoluta basura. Te deberías dedicar a conseguir un empleo de verdad para no causar tanta lástima"

No se atrevió a reclamar. Era más que obvio que había estado bebiendo, no tenía caso provocarlo. Cuando llegó a su habitación ni siquiera tuvo el valor para azotar la puerta, tenía miedo de que subiera pues sería capaz de quitársela y dejarlo sin privacidad alguna.



Su padre no siempre era así. Cuando estaba sobrio llegaba a ser una persona relativamente agradable, no el ejemplo de un padre modelo, claro, pero podía conversar con él. Y sí no estaba de acuerdo con sus ideas no recurría directamente a la violencia física, se exasperaba y elevaba su voz, pero esa era todo. Había noches no tan agradables cómo la de ese día, pero también había noches peores.

Caraphernelia » RydenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora