CAPITULO VI

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Los meses pasaron, en mi casa todo había cambiado mis padres se turnaban para estar junto con mi hermana, en las mañanas se encontraba mi padre y en las tardes mi madre, según los doctores se veía un gran mejora en la salud de mi hermana pero ella ya no era la misma, hablaba conmigo en las noches y le contaba de todo lo que sucedía en mi vida fuera de esa casa, pero había perdido la luz que trajo con ella cuando la conocí , el haber perdido su cabello le afecto mucho al igual que el malestar que sentía después de cada terapia.

Yo por mi parte decidí alejarme de todo lo que me había estado haciendo mal y puse mi corazón en esforzarme por cumplir mis sueños y cumplir esa promesa que tenia con mi hermana, de dar lo mejor de mi y ser la persona que había soñado por tanto tiempo, por fin había entendido que mi vida estaba destina a ser lo que yo me propusiera.

Mi hermana todos los días se esforzó en hacerme sentir bien y no desplazada como puedo haber pasado desde el momento en que ella recibía toda la atención de nuestros padres, los cuales en este tiempo entendieron que mi futuro dependía de lo que a mi me gustaba y no de lo que la sociedad decía que debí ser , me arme de valor y les dije que cuando saliera del colegio estudiaría pintura y dibujo en una Universidad en Paris donde ya había pedido una oportunidad de beca a largo plazo , ellos aceptaron y nunca mostraron la actitud de desprecio que tanto temía en mi interior.

La enfermedad de mi hermana, no nos separo como familia, nos volvió más unidos y nos enseño que debemos vivir cada segundo como si fuera el último aprendimos a querernos como una familia que tenia fe, algo que solo mi hermana desde el momento en que llego a nuestras vidas puedo conseguir y que en estos momentos estaba fortaleciendo con una enfermedad de la que todos temíamos a su culminación.

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