Secuestrada

109 8 4
                                    

Me levanto poco a poco del suelo y miro a mi alrededor. Llevo un dia aquí metida y no tengo ni idea de adonde voy ni donde acabará esto. Me siento todavía algo mareada y hay algunos detalles que siguen siendo confusos para mi. El dia de mi boda y de mi 18 cumpleaños, los elfos oscuros me secuestraron y ahora no se donde estoy. Todo sucedió bastante rápido: se escuchó un estruendo detrás mia y me giré, y pude ver a los elfos oscuros. Vinieron muchísimos de ellos, no se cuantos, y empezaron a destrozar el inmobiliario. Como sabia donde acabaria esto, empecé a correr en dirección al bosque, pero unas manos me agarraron. Conseguí zafarme de ellas, ya que le pegué un puñetazo a quien quiera que fuera el que me habia agarrado y segui corriendo. Cuando estaba a punto de encontrar el agujero, recibí un golpe en la cabeza y seguramente me desmayé, porque cuando desperté estaba aquí. La única conclusión que he podido sacar del lugar que estoy esque es un coche donde me encuentro. Lo sé debido a que de vez en cuando escucho el claxon de los coches, y algún que otro bache hay que hace que de un respingo. Además una vez paró y en un lugar con demás coches, y más no sé. No sé quién conduce, no sé quién me ha metido aquí... no sé nada. Solamente he podido comer un trozo de pan y una sopa, que estaba asquerosa, y algo de agua. Aquí todo está oscuro y no puedo ver bien qué es lo que me rodea. El coche huele fatal, pero ya me he acostumbrado a su olor. Esto no era exactamente lo que me esperaba que haría después de la boda. Todo ha salido mal y a saber como estarán mis padres. Tengo bastante frio aquí dentro, y me acuerdo de que todavía llevo el traje de novia encima. Decido volver a dormirme, ya que aquí no hay muchas cosas que pueda hacer y además solo veo negro.

Una sacudida del coche me despierta de mi sueño, y me doy un golpe contra una de las paredes. Sigo algo aturdida por el rápido golpe, y encima me duele el cuerpo de la mala postura que cogí al dormir. Escucho un ruido que proviene de la pared que tengo en frente, así que me alejo de esa pared hacia un rincón. Sigo escuchando esos ruidos, que a medida que se acercan puedo distinguir que son voces. De repente, se abre la pared, que seguramente es una puerta, y entra un sol cegador que me impide abrir los ojos. Entreabro los ojos y veo una silueta que acerca sus manos hacia mi buscandome. Me encojo aún más en el rincón y tengo un impulso de pegarle una patada a esa mano que me busca. Decido pegarsela, ya que no debe de ser buena persona encerrandome aquí, y la mano desaparece con la silueta. La puerta la deja abierta y decido acercarme a ella para salir corriendo. La luz del sol me sigue molestando bastante, pero al menos consigo ver algo. Me pongo de pie y estiro mis piernas lo más rápido que puedo, y me preparo para salir corriendo. Antes de que pueda hacer nada, una silueta aún mas grande que la anterior aparece ante mí. Esta se mueve más rápidamente y me coge por el brazo bruscamente. Doy una sacudida, ya que no me esperaba que me agarrara, y me saca hacia afuera. Me caigo al suelo y me hago daño en el impacto, y antes de que me pueda levantar por mí misma, la mano que me agarra me sacude hacia arriba y me obliga a levantarme. No sé que me ha dolido más, o la caida, o la sacudida. Decido ignorar el dolor y seguir adelante, porque como me caiga otra vez o algo parecido, me arrancará el brazo de otro jalón. No tengo ni la más remota idea de donde estoy, pero sé que vamos a entrar en un bosque. En frente de mi se encuentra un bosque, y saber eso me alivia un poco, al menos se cómo moverme por aquí y me recuerda a casa. Entramos en el bosque y el que me agarra del brazo me sacude de nuevo para llamar mi atención para que le siga. En ningún momento me suelta del brazo y siento como la sangre está dejando de pasar por mi brazo. Sin darme cuenta, paso cerca de un árbol caido con una astilla enorme salida y me rasgo todo el vestido. Como el hombre no para, me piso sin querer el vestido y se desprende la tela desde las rodillas, dejándome estas al aire. Por una parte  me alivia tener las piernas al aire, pero por otra no, porque no se lo que va a pasar a continuación. Miro hacia atras para ver la última parte de mi vestido de novia, que ya no lo parece, debido a la suciedad que ha cogido y a que lo acabo de partir. Miro al frente y me doy cuenta de que el bosque ya está llegando a su fin, y detrás de este hay un pequeño claro. Llegamos al final del bosque y veo que en el claro hay tiendas de campaña y algunas personas. El hombre me lleva hasta el centro y me tira al suelo. Me quedo aqui tirada haciendome la débil, para cuando menos se lo esperen salgo corriendo, y si hace falta pego a alguien. Escucho como unos pasos se hacercan poco a poco donde estoy, y cierro aún más los ojos.

-¿Qué le has hecho? Esta no es forma de tratar a una princesa Kirchner-dice esa voz que se acerca.

El tal Kirchner no dice nada y siento como unas manos me agarran para levantarme del suelo. Abro los ojos y veo a un elfo oscuro, de pelo y ojos oscuros, delante mia sujetándome. Rápidamente me quito sus manos de encima y me hecho hacia atrás. Cuando me alejo, siento a una persona detrás mia, me giro y veo a Kirchner. Seguramente habrá pensado que iba a escapar, pero si lo haria me costaría deshacerme de él, ya que es demasiado grande y fuerte para mi. El otro se rie, y no sé qué le ha visto a esto de gracioso.

-Sigueme guapa-dice

Ese simple comentario ha hecho que no le quite los ojos de encima. Comienza a andar y no puedo hacee otra cosa que seguirle, porque Kirchner está detrás mia empujandome para que ande. Le sigo y mientras ando me doy cuenta de que esto está desierto, salvo por nosotros tres. También me fijo y voy contando las tiendas de campaña que hay por aquí, para ver cuantos son. Solamente he podido contar 10, y las demás no me ha dado tiempo porque estamos entrando de nuevo en el bosque.

Llegamos a un lago después de 20 minutos de larga caminata. El elfo que tengo delante de mi se gira y choco con él. Me enderezco de inmediato y de nuevo se rie.

-Mira, ahora vas a quedarte aquí y vas a limpiarte un poco, porque cariño estas hecha un asco. En esa roca de ahí-dice señalando una roca a su espalda- Esta la ropa que debes ponerte, a no ser que te quieras dejar ese estúpido vestido de novia. Estaremos por aquí cerca, te dejaremos que te laves y más te vale no escabullirte, o si no vas a pasarlo muy mal guapa. ¿Entendido?

Asiento con la cabeza y se aparta para dejarme paso. Me acerco primero a la ropa y veo de qué se trata

-Espero que sea de tu talla-dice a lo lejos.

Miro de donde procede su voz y no veo a nadie. La verdad esque me incomoda lavarme sabiendo que dos tios están por aquí cerca observandome. Me quito el vestido y me quedo en ropa interior. Me intento lavar rápidamente y me pongo la ropa que me han dejado. Es una camiseta ajustada sin mangas, de color canela. Los pantalones son demasiado cortos para mi gusto, pero me quedan muy bien. Son negros y pegan con la camiseta. Además tiene unos bolsillos y un cinturón para agarrar cosas, como una cuerda o un cuchillo. Miro al suelo y también me han dejado unos zapatos. Son unas botas marrones, pero me quedan un poco grandes. No le doy importancia y me dirigo al bosque. El vestido lo he dejado allí tirado, ya que no lo quiero y dudo de que lo necesite. Entro en el bosque y  veo a una sombra acercarse a mi. Supongo que será Kirchner o el otro.

-¿Ya has terminado guapa?-dice la voz, y reconozco que es del otro.

-Si, y deja de llamarme guapa.

-¿Quieres que deje de decirte la verdad?-dice y se rie.

Esta situación no me hace ni pizca de gracia, se creerá gracioso o algo así. Me hace con la mano un gesto indicando que le siga, y lo hago.

Andamos otros 20 minutos para ir de vuelta, y el camino se me hace eterno. Él no hace ningun intento por hablar, y se lo agradezco, porque no tengo ganas. Llegamos al claro y sigue sin haber nadie. El oscuro se mueve entre las tiendas de campaña y se para delante de una.

-A partir de hoy esta será tu tienda. ¿Estás preparada?

-¿Preparada para qué?

-Para vivir en el mundo humano.

El mundo mágico de ElvenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora