Comienzo

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Oigo una voz llamandome por detrás de la puerta, y hago un esfuerzo para hablar lo más firmemente posible.

-Adelante-digo con la voz aún un poco dormida.

La puerta de mi habitación se abre y entra Cristal. Esta se acerca a mi cama y me dice algo que no logro entender muy bien, solo entiendo palabras sueltas como: comprar, hoy, ropa, instituto, baja, hambre. Dicho esto sale del cuarto y cierra la puerta de nuevo. No quiero levantarme de la cama, no quiero saber que pasará hoy, solo deseo que alguien me saque de aquí y volver a casa. Tengo que finjir ser una persona que no soy, vivir con gente extraña y hacer lo que estos me digan. Nunca pensaría que podría extrañar el Palacio, con sus pasillos vacíos y sin apenas gente por ellos, porque cada uno tiene una tarea que hacer. Yo sin embargo era la única que habia dejado de hacer algo, y lo único que hacía era ir al bosque con Dallas. Dallas. ¿Estará en el bosque? ¿Me extrañará? No se que estará haciendo pero desearia estar con él.

Me reuno con Cristal en la cocina, y Aura y Bruno también están allí. Me siento en el mismo sitio que ayer y comienzo a desayunar.

-¿Estas preparada para ir de compras Dylla?-pregunta Aura.

-¿Ir de compras?-digo.

-Claro, a comprar ropa al centro comercial-me responde ella.

Nunca había "ido de compras" con nadie. La ropa me la compraba mi madre, porque a mi nunca me ha interesado mucho la ropa.

-Como no tenemos ropa para ti, tendremos que ir a comprarla hoy-me aclara Cristal.

Terminamos de desayunar y ayudo a quitar la mesa. Me visto con unos pantalones negros y una camiseta del mismo color de manga corta que Aura me ha dejado. Le quedaba algo grande y la estaba guardando para cuando creciera un poco más, y da la casualidad de que es de mi talla. Uso los mismo zapatos que me dio Oscuro, osea Brian, porque son los únicos que tengo. Marcos apareció cuando terminamos de desayunar, y se llevó a Bruno a un sitio para que las chicas pudiéramos comprar a gusto.

El centro comercial no era para nada como me lo esperaba. Tiene unas puertas de cristal bastante altas y que estan abiertas para todo el mundo, sin ningún guarda ni ninguna protección. Mientras estaba mirando las puertas escuché que Aura se reía de mi comportamiento, y que dijo que era como si nunca hubiera estado en un centro comercial. La ignoré y segui viendo lo que me rodeaba. Entramos y había tiendas de ropa por todos lados y muchisima gente entrando y saliendo de ellas. Aura iba por delante mia y de Cristal, indicando las tiendas que a ella le gustaban para comprar ropa. Miré hacia arriba y había una gran bóveda de cristal por el que se traspasaba toda la luz del sol. Es increíble las cosas maravillosas que pueden hacer los humanos. Sin darme cuenta me choco contra una persona e inmediatamente pido perdón y corro detrás de Cristal, porque me he quedado un poco atrás. No me giro para ver quien era esa persona y sigo caminando. Entramos en una tienda y me fijo en la gran cantidad de ropa que hay. Hay ropa bastante sencilla y de llamativos colores. Aura elige unas cuantas de camisetas y pantalones y nos acercamos a un probador. Todos están ocupados, y tendremos que esperar. Mientras esperamos veo que Aura coge una camiseta y se mira en el espejo con ella. La camiseta le queda muy bien, sobretodo por su pelo rubio. No me había fijado antes mucho en su pelo, pero es un tono de rubio muy bonito. Ella se da cuenta de que la observo y a través del espejo me mira con sus ojos azules. Ahora que lo pienso, se parece mucho a su madre, y Bruno al padre. Cristal nos llama para que entre en un probador y me obliga a probarme toda la ropa que ha cogido. Nos llevamos así toda la tarde, probandome ropa y comprando. De vez en cuando noto que las personas se me quedan mirando, como si fuera un bicho raro. Seguramente será por el pelo azul mal cortado, y espero que no sea por las orejas. Por ahora nadie se ha dado cuenta de que las tengo un poco puntiagudas, como la tienen todos los elfos. A veces sus miradas me incomodan, pero no me giro para ver quien me está mirando.

El mundo mágico de ElvenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora