Capítulo 8. No lo veo solo como mi tutor.

49 2 6
                                    

E d i t a d o.

Abro lentamente los ojos y una luz me ciega, olvidé cerrar la ventana del cuarto de Lily.

Me levanto y voy al baño a lavarme la cara, me veo en el espejo y tengo todo el maquillaje corrido. Me peino un poco y busco algo más cómodo para ponerme en el armario de Lily.

Salgo al living y Lily está acostada en el suelo, con un short en su cabeza y sin zapatos.

No me di cuenta de la hora en que llegó, cuando Isaías se fue recogí lo que habíamos utilizado para comer y me fui a dormir.

Muevo a Lily pero no se mueve

¿Estará muerta?

-Lily- la muevo más fuerte

Okay, me estoy asustando.

-¡LILY!- grité

-Cállate Cameron, sólo bésame

Le di un zape y comenzó a abrir lentamente los ojos.

-¿En dónde estoy?- preguntó confundida

-Estás en el hospital, tuviste una operación cerebral y fue todo une éxito, ahora ya no estás loca.

-Ja ja ja, muy graciocita

-¿a qué hora llegaste?

-Ni si quiera sé como llegué aquí- dijo mientras se quitaba el short de su cabeza- ¿y mis zapatos?

-Si tu no lo sabes yo menos.

Se levanta y va a la cocina a tomar agua, de seguro tiene una resaca horrible.

-¿Qué más pasó en la fiesta después de que me fui?

-La verdad no recuerdo, bailé, tomé, creo que jugué beer-pong y escuché algo sobre una pelea.

Cuando mencionó la pelea todos los recuerdos vinieron a mi mente, me había olvidado de todo lo que sucedió anoche.

-Ahhh, sobre eso.... los que se pelearon fueron Mike e Isaías.

Lily escupió en mi cara el agua que estaba tomando

-Qué asco- me quejé mientras me limpiaba con mis manos.

-¿CÓMO QUE SE PELEARON? ¿POR QUÉ?

-Es una larga historia

-Tengo tiempo- se cruzó de brazos

Bufé- Estaba platicando con Isaías y vino Mike y estaba muy borracho y comenzó a jalarme del brazo entonces Isaías se levantó y Mike siguió diciendo cosas, todo pasó muy rápido, de un momento a otro ya se estaban golpeando

-NO LO PUEDO CREER, ¡ISAÍAS Y MIKE SE PELEARON POR TI!

-No se pelearon por mí boba- rodé los ojos

-¡Claro que sí!, continúa, estúpida

-Prosigo, después de que se separaron, vinimos aquí en taxi y le curé las heridas, luego pedimos pizza, cenamos y luego se fue

-¡SÍ! ¡RACHÍAS!

-¿Rachías?

-Rachel e Isaías, duh- dijo obvia

-Estás loca, y ese nombre apesta

-¿y el beso?

-¿beso?

-sí, el beso entre ustedes

-no nos besamos- bueno, me besó en la mejilla.

-Ahg, ¿por qué eres así?

DIFÍCIL DE OLVIDARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora