Capítulo 5

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Sonó el despertador, ya era por la mañana y Claire se despertó igual que siempre, se sentó en la cama para desperezarse y cuando encontró oportuno se vistió, una y otra vez, una y otra vez. Hoy era un día "importante" para ella, había quedado en ir a la cafetería con Marc así que quería arreglarse más que otros días.

Abrió el armario y cogió una blusa negra con flores azules, su favorita, esa que le había regalado Nora por su último cumpleaños, cogió también unos pantalones negros y unos botines. Fue al baño y se pintó un poco los ojos después de lavarse la cara, la ocasión lo merecía. Bajó a desayunar y en la mesa estaba su bizcocho favorito, su madre se lo había dejado en un plato antes de irse a trabajar, buscó a su padre por todo el salón y se acercó a darle un beso:

- Buenos días papá - le dijo a la vez que sonreía.

- Buenos días hija, te veo más contenta de lo normal - dijo arqueando las cejas.

- No es nada, solo que... ya estamos a mitad de semana - dijo sin dejar de sonreír.

- Bueno, desayuna que al final vas a hacer tarde...

- Ya voy - Claire se dio la vuelta para ir a la mesa de la cocina y se paró para mirar a su padre, le quería, fue una de las múltiples veces en las que se dio cuenta de que estaba feliz por tenerle.

No tardó en desayunar, cogió sus cosas y salió hacia la parada del bus, cuando este llegó se subió en seguida. Tenía muchas ganas de llegar a la universidad, rebosaba felicidad, era uno de los pocos días en los que iba tan ilusionada.

Llegó a la universidad, lo hizo incluso antes de su hora, esperó hasta que empezaran sus clases y entró en el aulario. Las tres horas antes del descanso se le hicieron eternas, tenía a Nora a su lado haciéndole preguntas pero no contestaba, era ella la que se hacía preguntas a sí misma.

¿Saldrá todo bien? ¿Habrá silencios incómodos? ¿Sabrá seguirle la conversación sin quedarse embobada mirándole las pecas? ¿Quedarán para otro día? ¿Le gustará a Marc la blusa que lleva puesta? Siguió haciéndose todo tipo de preguntas estúpidas hasta que llegó la hora. El profesor anunció el final de la tercera clase y con ello el inico del descanso.

Claire salió de la clase con Nora, se la notaba nerviosa y no paraba de dar saltitos, decía que así conseguía no estar tan nerviosa.

- Claire, tranquila que no has quedado con él para hacer cosas de mayores... Aunque todos sabemos que no dentro de mucho terminaréis haciéndolas - dijo Nora con una sonrisa en los labios a la vez que levantaba las cejas una y otra vez.

- Nora, así lo único que estás consiguiendo es ponerme más nerviosa. ¡¡CÁLLATE!!

- Y, ¿qué haces que no estás ya en la cafetería?

- Lo mejor siempre se hace esperar, ¿no? Pues es lo que estoy haciendo, que espere - dijo mientras se reía nerviosamente.

- Jajajajaja así te pones más nerviosa, yo no digo nada...

- Gracias eh. Ya me voy, no me desees la muerte - dijo Claire poniendo cara de asustada.

- No exageres jajajaja. Muchísima suerte, ya verás como sale todo genial - dijo esbozando una sonrisa a la vez que le daba un abrazo a Claire.

- Gracias - dijo alargando la palabra todo lo que pudo mientras cerraba los ojos disfrutando del abrazo que le estaba dando su mejor amiga.

Terminaron de abrazarse y Claire se despidió de su amiga, se dió la vuelta y salió corriendo hacia la cafetería. Se paró en la puerta, se miró las manos y se las secó con los pantalones, cada vez estaba más nerviosa pero aún así entró. Su respiración era rápida y entrecortada, parecía que el corazón se le salía del pecho. Le vio y él también la vio, esbozaron ambos una sonrisa para luego bajar la cabeza. Marc también se había arreglado un poco más que otros días, llevaba una camisa de cuadros verdes que hacía resaltar sus ojos verdes oscuros, unos vaqueros y unas pisacacas marrones. Definitivamente este chico tenía buen gusto.

Chico de bibliotecaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora