''Lo que escuchas''Cap 62

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Por extraño que pareciera en estos momentos, un sentimiento de alegría burbujeo en mi interior.

― ¿Qué dices? ― Pregunte acercándome a el ― Lo que escuchas. Jamás te daré el divorcio― Se levanto de la cama ― Pero… ¿por qué? ― Sabía que era tonto preguntarlo pero quería conocer la respuesta― León me miro fijamente y apretó sus labios, como si intentara contener las palabras que estaban a punto de salir de su boca, por un momento pareció que lo lograría… pero al final no pudo ― Veo que estas demasiado desesperada por conseguir el divorcio para irte con… ese canalla― Sonrió con pesar― Lo lamento querida pero no podrás ser feliz a su lado. Yo no podía responder ante aquella “afirmación” si lo hacía, lo único que conseguiría sería lastimarlo más. Aparte mi mirada de él y di un par de pasos en reversa, lo mejor era salir de la habitación. Pero el me detuvo. ―Por cierto, eres muy buena mintiendo, debo admitir que hubo momentos en los que realmente llegue a creer que me amabas… ¡vaya iluso! ― Comenzó a reír con amargura Mi plan de huir quedo atrás… ahora solo caminaba hasta quedar de frente a él. ― No digas eso… me haces sentir como una basura― ― ¿Y no lo eres? ― Cuestiono serio Mi mano que descansaba al costado derecho se levanto con una rapidez fugaz e hizo contacto con su mejilla, haciendo que el quedara mirando hacia un lado.Leon regreso su cabeza a la posición inicial y sentí morir. Por primera vez presenciaba un sentimiento diferente reflejado en sus ojos. No era enojo, que sería lo más normal, no… sus ojos mostraban una combinación de tristeza y desilusión. ― Leon, perdóname… yo no quería― Mi mano que aun seguía suspendida en el aire fue envuelta con la suya y después llevada directo a sus labios ― La verdadera razón por la cual no te daré el divorcio es porque te amo demasiado como para perderte. Te has vuelto parte esencial de mi vida, si te vas de mi lado me sentiré incompleto, no volveré a ser el mismo― Su boca hizo contacto con la palma de mi mano― Se que soy un tonto puesto que con todo esto solo te estoy dando las armas para que acabes conmigo, pero no me importa. Por mis mejillas comenzaron a correr lágrimas ― Leon― Me acerque a él pero me detuvo con su otra mano ― Hay otra razón por la cual no te daré el divorcio― Dio un ligero apretón a mi mano― Desde el día en que me rechazaste por primera vez, me jure jamás dejar de intentar enamorarte. Hasta el día de ayer ese juramento había quedado en el olvido pues pensaba que lo había logrado, pero ahora veo que no y por tanto seguiré adelante. No descansare hasta que mínimo de tus labios escuche un te quiero sincero. Estuve a punto de abrazarlo tan fuerte como fuera posible pero no podía. Si lo hacía, ¿no sería eso contradecirme? Jamás creería lo del divorcio, así que con un tirón separe mi mano de la suya ― En el altar prometiste hacerme feliz… ― Lo sé― Me interrumpió― Y supongo que tu felicidad está al lado de… de ese tal James― Su facciones se endurecieron― Bien, entonces supongo que serás infeliz el resto de tu vida, pues como ya te dije, no te daré el divorcio. Ahora Violetta si está bien contigo, llevaremos tus cosas de vuelta a la habitación que ocupaste durante nuestros primeros meses de casados. ― ¿Es que he perdido el derecho de dormir a tu lado? ― Pregunte sin pensar Leon levanto una ceja y una mueca se asomo en su boca ― No tengo inconveniente con que duermas aquí, pero… ¿acaso no sentirías extraño dormir junto a mi? Me refiero a que no debe ser agradable compartir la cama con alguien a quien no amas Agache la mirada y una lágrima cayó en la palma de mi mano. ― Tienes razón, en este mismo instante me trasladare a la recamara de enfrente― Seque las lagrimas y levante la cabeza Leon me miraba atento y con el ceño fruncido. ― Sera mejor que no hablemos durante un tiempo, es más que obvio que mis palabras solo te lastiman― Leon aclaro su garganta― Deben doler más que la cachetada que me propiciaste Esquive su cuerpo y me dirigí al closet. Con rapidez tome unas cuantas prendas y después abandone la habitación. Atravesé el pasillo y me sumergí en la de enfrente. Por más que evite tirarme en la cama y llorar como una adolescente con el corazón roto, termine haciéndolo. Alrededor de dos horas después, me puse de pie y me mire en el espejo. Lucía terrible y no solo por el hecho de que mi cabello estaba despeinado y el poco maquillaje que llevaba horas antes, se había arruinado. Sino por el hecho de que mis ojos estaban muy rojos y levemente hinchados. Mientras lloraba tome una decisión, una decisión que posiblemente me llevaría a la felicidad eterna o alfracaso eterno. Nicholas no podría esquivarme por más de un día, yo no se lo permitiría. Esperaría a que las cosas se calmaran para entonces si contarle la verdad del porque le pedí el divorcio, por lo pronto evitaría a toda costa el alejarme de él. Limpie mi cara y arregle mi cabello. Sin titubear gire la perilla de la puerta y salí, me encontré con una casa en completo silencio. Decidí bajar y buscar a Dora en el jardín pero en cuanto abrí la puerta alguien me detuvo. ― ¿Va a algún lado, señora Vargas? ― Pregunto un hombre alto y fuerte de tez morena. ― ¿Quién es usted? ― Pregunte confundida ― Desde este momento me encuentro a sus órdenes, su esposo me ha contratado y… ― Entiendo. Si me disculpa vuelvo en un momento― Dije con una sonrisa fingida ― Leon...Leon ¿dónde estás? ― Decía en voz alta pero no obtenía respuesta. Decidí volver a la puerta de entrada. ― Disculpe, ¿sabe en dónde está mi marido? ― Tuve que echar mi cabeza hacia atrás pues ese hombre era demasiado alto. ― Salió. Dijo que volvería en un par de horas― Contesto serio ― Supongo que usted sabe exactamente a donde fue― Levante una ceja. El asintió― Bien, quiero que me lleve a ese lugar ― Imposible. Tengo órdenes estrictas de estar a su cuidado y no dejarla salir, al menos no por el día de hoy ― No estoy intentando escapar. Todo lo que pido es que me lleve a donde está el ― El señor Leon esta en un bar de la ciudad y según se está embarazada, por lo tanto ese no es un ambiente adecuado para usted, señora Violetta ― Maldición― Masculle entre dientes y fui directo a la sala, tome el teléfono y llame a Nick― ― ¿Qué pasa? ― Contesto entre risas ― Leon… ¿me puedes explicar que haces en un bar? ― Pregunte acelerada ― Vaya, que bien se siente recibir una llamada de mi querida esposa ― Deja tu sarcasmo a un lado y ¡contéstame! ― Espete furiosa ―Así que después de todo… ¿te intereso? O es que solo quieres evitar que alguna mujer se cruce en mi camino ― Dijo con una risita al final Sentí un gran coraje correr por mis venas… inclusive lo insulte mientras pensaba que responderle ― Si no dejas ese bar en este momento… iré a buscarte― Dije decidida ― Entonces aquí estaré esperándote Violetta― De nuevo rio, seguramente ya tenía unas copas encima― Vamos amor, ¿Qué esperas?

Nuestro Amor Esta Oculto (Leonetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora