~Gema roja~

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La tormenta azotaba cada vez más fuerte, rompiendo cristales y tirando árboles. Eran casi las doce de la noche cuando un rayo impacto en el faro de la localidad destruyendolo por completo y consigo la vida de la familia Corian la cual habitaba el faro. Todos los pobladores salieron en busca de sobrevivientes, pero les fue imposible por la potencia de aquella tormenta, de pronto a lo lejos se escucho la alarma, que alertaba a los pobladores de la proximidad de un tornado, momentos después todas las personas se encontraban resguardadas en sus hogares, el tornado nunca llego sin embargo la alarma seguia sonando, nadie se atrevia a salir, no fue hasta la mañana siguiente donde todos los vecinos salieron y quedaron impactados al notar que aquella tormenta no habia dejado daño alguno más que la destrucción del faro, pero la curiosidad invadió a dos pobladoras de aquel lugar.

-pero...pero como es posible que con aquella intencidad de la tormenta solo se fuera a destruir el faro!- exclamó Gravieña-

-Esto no es posible, ayer parecia que el cielo se caía!- respondio isabel-

De pronto cerca de lo que quedaba de los escombros del faro, Isabel y Gravieña pudieron observar una figura esferica de color azul en movimiento que parecia cubrir a un niño de aproximadamente 3 años.

-isabel mira eso!-

-rápido corre, necesitamos ver que es!-

Cuando llegaron, pudieron observar a un niño jugando que estaba rodeado de una ola de mar, como si de un campo de fuerza se tratara, al momento en el que isabel toco la ola, esta se destruyo, dejando libre a aquel niño de cabellera castaña con ojos de un azul como el mar.
Aquel niño era JB Corian, el fue el unico sobreviviente de la destrucción del faro.
En un instante Isabel tomo al niño en brazos y se lo llevó a su pequeña cabaña, donde el niño estaria alejado de los malos prejuicios y de la sociedad.

Pasaron 10 años y JB seguía viviendo feliz con Isabel, hasta que ella enfermo y una trágica noche falleció, no pasaron ni dos días después del fallecimiento y JB ya se encontraba en un orfanato cerca de la costa.

usualmente cada noche JB subia al techo a ver la noche estrellada y sentir la brisa del oceano, lo que le recordaba a su familia. El sabia que tenia una conexión profunda con el mar, tanta al adquirir ciertas virtudes que hacian que este pudiera controlarlo. Una noche JB subió al techo como de costumbre, tanta tranquilidad hizo que su don saliera a la luz, sus ojos empezaron a brillar en un tono azul turqueza, y de sus manos comenzaron a salir brillos destellantes de color azul, el entro en panico, era tanto el brillo que se podia distinguir a 20 metros de distancia, JB empezo a escuchar murmullos desde los dormitorios, asi que corrió lo más rápido que pudo hacía el campanario del orfanato, y ahi se hecho a llorar, minutos después se dio cuenta que el no estaba solo.

-tu brillas!- dijo una pelirroja-

-no...no es lo que parece-

-pense que nunca te encontraría!-

-De que hablas?-

-dejame presentarme, mi nombre es... kendra-

Justo unos instantes después La chica pelirroja se esfumo, al escuchar a una persona que se dirigia justo hacia el campanario, JB se quedo impactado al ver como justo donde la chica había desaparecido la madera estaba un poco quemada, como si se hubiera incendiado y luego apagado rapidamente. Mientras JB observaba la madera, entro el señor Garnett, quien era un cuidador de los niños del orfanato.

-Disculpe que hace aqui y más a estas horas joven?-

-este... Disculpe, no podia dormir y decidi subir un rato para admirar el paisaje-

-Usted sabe que salir de los dormitorios esta prohibido no?-

-si, perdoneme-

-Esta bien, que sea la ultima vez, ya puede retirarse-

-gracias señor Garnett-

JB regreso a la cama intentando dormir, lo cual no pudo hacer.          Las horas pasaron hasta que empezó a soñar con aquella pelirroja pero justo cuando ella iba a hablarle desperto en su cama, con una sensación de que todo lo que el habia vivido en la noche no fue más que un sueño...

Los días pasaron, y todos veían a JB como un fenomeno después de lo ocurrido aquella noche. Un día JB decidio salir al patio donde se encontraba un gran árbol, el se sento a mirar la apuesta de sol y sin esperarlo se quedo profundamente dormido, justo a las doce de la noche se desperto y pudo observar a aquella pelirroja que lo estaba observando detrás de un arbusto, pero el se quedo sin palabras, ya que la cabellera de aquella pelirroja estaba brillando y sus puntas eran como pequeñas ramificaciones del fuego.

-tu cabello esta brillando!-

-al igual que tus ojos pero sin el azul del mar-

-Dime quien eres?-

-ya te lo dije, me llamo kendra-

-y por que tu cabello tiene ese brillo entre naranja y rojizo que parece como fuego?-

-mira aún no lo entenderías, pero tu y yo somos más parecidos de lo que parece-

-a que te refieres?-

-a que los dos somos considerados como fenomenos...

-pero no entiendo, por que me vigilas-

-por que tu eres muy especial, solo que aún no sabes-

-yo no tengo nada de especial, de seguro te quivocaste de persona-

-no... Ese día tus ojos brillaron, eso me llamo, y desde ahi se que eres especial, desde que fuiste el unico sobreviviente en la destrucción del faro-

-yo...yo no tengo nada de especial-

-creme lo tienes-

-pero...-

-el amanecer no tarda en llegar y me tengo que ir-

-aun falta mucho-

-no aqui, si no en mi hogar, fue un gusto conocerte JB, pero me tengo que ir -

En ese momento la chica desaparecio, dejando en el pasto algunas cenizas. En la mañana JB desperto en su cama, como si de un sueño se hubiera tratado, solo que en su almohada estaba un colgante con una gema de color rojo, que era el que poseía aquella misteriosa chica. Se percato al ver la rara forma de aquella gema y descubrir que no era un colgante cualquiera si no una llave, solo le faltaba saber que puerta debia abrir.



~El niño del Faro~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora