Los demonios.

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Me duelen los huesos, el aire está más denso y yo siento que la respiración se me corta. Quisiera retroceder en el tiempo y volver a cuando la vida no me era tan hijueputa. Cuando el sufrimiento sólo era una palabra, porque entre tanto atravio y enredo se nos hace la vida insufrible, casi vacía por dentro, como si el alma se te fuera de a poquitos, dejando ese espacio vacío que lo único que puede hacer es causar dolor. Esto es el cáncer que se come de a poco los restos de un cuerpo al que le falta el alma. ¿De que sirve un cuerpo sin alma? Sólo para albergar fantasmas, demonios.

Demonios, esos pequeños hijos de puta que se pegan en los recovecos del cuerpo y absorben la poquita felicidad que nos queda, como los parásitos. No soy yo, es ese monstruo que se fue creando poco a poco, no me culpo, igual, ya no tengo un alma tangible."Juego mi vida, cambio mi vida, de todos modos la llevo perdida... Y la juego o la cambio por el más infantil espejismo, la dono en usufructo o la regalo..." Aunque no puedo cambiar una vida cuando nunca tuve una, no puedo enfrentarme a tanto para llegar a la conclusión de que siempre tuve una vida perdida. 

Y yo considero que todos somos putas del dolor, él viene cuando se siente con ganas, nos acorrala y jala nuestro pelo mientras le gritamos de dolor, nos desnuda, nos tira a la cama y nos penetra sacándonos el grito más brutal de la garganta, nos deja con el orgasmo en la lengua y bota su esencia dentro de nosotros, ese esperma que explota en el vientre y nos deja con un desasosiego, con un grito ahogado y con unas putas ganas de morirse, el dolor nos deja en la cama exhaustos, con la dignidad abajo y mientras se viste nos tira un billete de dos mil hijueputas pesos, y se va, dejándonos enternecidos por su figura tan perfecta, y con esa puta esencia recorriéndonos el cuerpo de manera desagradable, y siento un mareo que no me permite respirar, y al final me caigo, me muero por dentro, y también por fuera, porque el malparido decide ahorcarme, para ahorrar la humillación, para que ya no sufra más.

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