Cambridge

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-No lo olvides torpe, ¡tú no me conoces!-Advirtió Emily, la hermana del chico.

-Ajá sí, sí, lo que tú digas.-Contestó Robbie.

Los hermanos se perdieron de vista y cada uno se fue a sus respectivos dormitorios.

El muchacho se encontraba tan despistado que no se percató cuando un chico pasó frente a él y accidentalmente tropezaron.

-¡Fíjate, idiota!-Mencionó el chico con el cual había tropezado.

-Lo lamento.-

El chico se esfumó, dejando a Robbie completamente solo y sin saber qué hacer, pues Cambridge era una Universidad enorme y cualquiera que no conociera las instalaciones podría perderse.

Robbie decidió sentarse en una banca que se encontraba a su lado para poder pensar en lo que haría.

Después de unos minutos, una chica de cabello café obscuro se acercó a él, dándole un mapa de la instalación.

-No, ahorita no tengo dinero.-Dijo Robbie devolviéndole el mapa a la castaña.

-Que vendo mapas....¡Ay! ¡Por favor! ¡Tengo más dinero del necesario!-La chica soltó una carcajada.

-Sé que es feo tener que vender papeles para ganarte la vida, pero no me tienes que mentir. Si quieres puedo darte unos jeans que mi hermana ya no ocupa, los tuyos ya están algo rotos.-Respondió Robbie.

-¿Qué insinúas mocoso estúpido? ¿Que soy pobre? ¡Estos jeans tienen un precio más alto que toda tu ropa junta! ¡Yo no quiero las corrientes prendas de tu hermana!-Gritó la muchacha.

-Yo solo te quería ayudar, unos jeans nuevos no te vendrían nada mal, ya te dije, los tuyos están algo rotos-Dijo el chico.

-Soy Claudia Brown, no soy una maldita indigente. -Finalizó la chica, dándose la vuelta y alejándose de Robbie, quien ahora estaba más confundido que antes.

Tomó el mapa entre sus manos que la muchacha le había entregado y se dirigió hasta donde éste le indicaba, el número "96".

Al llegar ahí tocó la puerta, debido a que ésta se encontraba cerrada. Abrió un chico de estatura promedio, con cabello castaño y ojos color azul.

-¿Si?-Cuestionó el muchacho con un rostro dubitativo.

Robbie no respondió, más sin embargo se adentró a la habitación tomando sus maletas y colocándolas en una de las tres camas de la habitación.

Se escucharon unos pasos provenientes de las afueras del dormitorio. Seguido de esto, Robbie se dio la vuelta para ver de quien se trataba. Eran dos chicos con los mismos rasgos.

-Oye, ¿te puedes quitar de mi cama? Por favor.-Preguntó uno de los gemelos, quien miraba a Robbie confuso.

-¿Disculpa? este es mi cuarto.-Respondió Robbie mientras le mostraba el mapa a uno de ellos.

-Dame eso.-Ordenó el mismo chico arrebatando el papel de las manos de Robbie.-Esto está al revés, ¿ya te diste cuenta?-Finalizó.

-¿Qué?-Miró el muchacho de reojo el mapa-¡Oh!, ¡Lo siento!, no me había percatado de eso.

-No te preocupes, si gustas te podemos acompañar a tu dormitorio.-Sugirió amablemente el otro gemelo.
Robbie accedió y los tres se dirigieron a la habitación número "69".

Estando ahí, tocaron la puerta repetidas ocasiones hasta que finalmente abrió un chico muy alto a comparación de los demás, tenía los ojos de un color avellana y el cabello castaño.

-¿Puedo pasar? Al parecer este también es mi dormitorio.-Comentó Robbie con una alargada sonrisa.
El castaño asintió y dio lugar a Robb.

-Bueno, nos vamos, tenemos que desempacar y acomodar nuestras cosas en nuestra habitación.-Dijo uno de los dos gemelos acomodando las maletas de Robbie sobre una cama.-Por cierto, soy Nathan y él es Ethan-Mencionó señalando a su hermano.

-Soy Robbie, gracias, nos vemos después.-Finalizó el chico despidiéndose de los gemelos.

-Hola, ¿Robbie?-Dijo en un tono dubitativo el muchacho del interior de la habitación.

-Sí, Robbie, ¿cómo te llamas tú?

-Liam.-Contestó el chico con una sonrisa.

-Entonces compartimos dormito...-El sonido de un teléfono resonó en la habitación interrumpiendo lo que Robbie estaba a punto de decir.

-Es el mío, lo siento.-Mencionó Liam mientras tomaba su celular y contestaba la llamada.

-No te preocupes.

Llamada entrante de "Estúpida"

-¿Qué quieres?

-¡Dejé a Corny en tu equipaje!

-¿Corny?

-¡MI UNICORNIO, CEREBRITO!

-Willow, los unicornios no existen.

-¡CÁLLATE! Lo coloqué dentro de tu maleta azul cuando veníamos en el auto con papá.

-¿Y qué esperas que haga?

-Que me lo devuelvas, genio.

-Tu habitación está del otro lado del campus, ¡que flojera!, además, no soy tu sirviente para complacerte, olvídalo.

-Te pagaré.

-Llego en cinco minutos.

"Estúpida" ha colgado.

-¿Te molestaría acompañarme a dejar algo al dormitorio de Willow?

-¿Quién es Willow?

-Desafortunadamente, mi hermana.-Finalizó Liam tomando el unicornio entre sus manos y saliendo de la habitación junto a Robbie.

Subnormales ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora