Malhumorada

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El día comenzó como cualquier otro.
Willow despertó sin más, por el terrible ruido de los ronquidos de Alaska que apenas la dejaron dormir.

Se levantó de la cama, y lo primero en hacer fue dirigirse a las cortinas y abrirlas, provocando que una de sus compañeras soltara un quejido, no obstante lo ignoró.
De un momento a otro, volteó a ver el reloj.
Eran las 7:45 y entraba a las 8:00.

Rápidamente tomó las primeras prendas que encontró en su equipaje y se adentró al baño a darse una ducha.

Cuando terminó de bañarse se percató de algo.
Había dejado su sostén afuera.

Cubrió su cuerpo envuelto en una toalla y salió haciendo poco ruido para no despertar a ninguna de sus compañeras de cuarto.

Pero al abrir la puerta, sus ojos se toparon con algo que la dejó horrorizada.
Liam, su "hermanito" estaba ahí, recostado sobre su cama.

—¡SAL DE AQUÍ EN ESTE MISMO INSTANTE!—Ordenó Willow, señalando con su mano la puerta.

—No lo haré. —Respondió Liam.

—¡Te largas o te saco a patadas!—Gritó la chica, despertando a sus dos compañeras de habitación.

—Tengo sueño, déjame dormir, hermanita querida.—Contestó el chico volviéndose a acostar.

—¿Qué demonios hace él aquí?—Cuestionó Alaska enarcando una ceja.

—Eso mismo me pregunto yo, ¿qué estás haciendo aquí?—Interrogó Willow.

—¿No recuerdas? Ayer por la noche me quedé contigo esperando a Alaska, tonta.—Dijo a la par de voltear los ojos.

—Yo nunca te dije que te quedaras a dormir aquí.—Willow se cruzó de brazos.

—Lo siento, tenía demasiado sueño y me quedé dormido.

—¡Qué bien!—Alaska respondió sarcástica.

—Ahora sí, ya lárgate, Liam.—Volvió a hablar Willow.

—¿Para qué? Ustedes arréglense mientras yo duermo.

—¿Acaso no te has dado cuenta de cómo estoy?—Preguntó Willow señalando su toalla.

—Adiós.—Se despidió saliendo rápidamente de la habitación, pues esa escena era bastante incómoda para él.

En ese momento, eran las 7:55.
Willow tan solo tenía cinco minutos para llegar a la primera clase: Literatura.
Tomó su sostén, e ignorando que sus compañeras pudieran verla, se lo puso. Seguido de esto, vistió una blusa, la cual tenía el logo de la Universidad, se acomodó sus pantis, unos jeans, y unos tenis.
Sostuvo su mochila en sus hombros y salió apresuradamente dirigiendose a el salón de clases.
Al llegar ahí, notó que el lugar se encontraba vacío y solamente estaba el conserje haciendo el aseo.

—¿Aún es muy temprano?—Preguntó Willow dubitativamente al conserje.

—Las clases comienzan mañana.—Respondió este.

La chica salió del sitio muy malhumorada, dirigiéndose nuevamente a su dormitorio.
Entrando ahí, Alaska notó la cara que traía Willow y se empezó a reír de ella, pues todos sabían que las clases empezaban mañana.

Subnormales ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora