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El Consejo

A la mañana siguiente, cuando me he recuperado por completo, me informan que es hora de enfrentar al consejo.
Admito que estoy nerviosa, tengo miedo de lo que pueda pasar.

- ¿estas lista Asuna? - pregunta Liz entrando a la habitación. - Kirito nos espera abajo -

Suspiro y asiento - vamos, entre mas rápido mejor -

Salimos de la habitación y contemplo la casa de Kirito.
No se me habia permitido abandonar mi estado de reposo, asi que no había visto nada de este lugar.
Su casa es como una cabaña, es de madera con ventanas al frente y una chimenea, es linda y acogedora.

- buenos días - dice kirito entrando en mi área de visión - ¿lista para ver al consejo? -

- hola, y no realmente. ¿debo estar preocupada? - Él toca suavemente mi mejilla mientras murmura - tranquila nadie va a lastimarte, no dejare que lo hagan - Le sonrío en respuesta.

- bueno nos vamos o seguirán viéndose todos soñadores por más tiempo? - comentá Liz con una sonrisita burlona.
Mi cara se calienta y aparto la mirada. Kirito se aclara la garganta y sale de su casa - por aquí, síganme -

- oh el amor - murmura Liz pasándome para salir al exterior.

- cállate Liz - ella rie pero deja de molestar.

Cuando salgo, el aire frio me golpea y el paisaje más hermoso que jamas había visto me saluda. Estamos en el bosque, la casa está rodeada de vegetación, pero los arboles se ven diferentes, más verdes y hermosos. El sol se filtra por las ramas creando hermosos y mágicos haces de luz, una corriente de viento arrastra el delicioso aroma a bosque haciéndome sonreir.

- es lindo ¿cierto? - comenta Liz

Asiento sin despegar mi vista del paisaje - es hermoso -

- y esperen a que vean más - dice kirito sonriendo y observándome a unos pasos por delante de nosotras.- vamos o llegaremos tarde, ya podrán ver más después -

Salgo de mi estupor y lo sigo, él tiene razón primero hay que ver que pasa con su gente.

Seguimos a kirito hasta el lugar donde el consejo se reune. Caminamos unos cuantos minutos dando giros y cruces extraños en el bosque.
Kirito dijó que eso era otra defensa para mantenerse ocultos, que sólo ellos podían encontrar el camino y habla en serio, si yo intentará encontrar el camino sola, terminaría perdida.

Por fín llegamos a nuestro destino y lo que veo me deja muda.
Es como un sueño.
Altos y corpulentos trozos de granito que parecen como si hubieran sido arrancados directamente de Stonehenge estan esparcidos rodeando un gran espacio despejado. Un segundo nivel de exuberante fauna divide el espacio como el balcón de un teatro hecho de helechos y plantas. En el centro de este hay una gruesa losa de mármol y seis sillas.
Hierba cubre el suelo, pero es del tono más raro de verde, casi esmeralda, y con una calidad incandescente como si fuera algo de otro mundo. Se me hace muy difícil el no agacharme para tocar el suelo y comprobar si es tan suave como parece.
Setas gordas salpican la alfombra de hierva de izquierda a derecha, besadas con diminutas gotas de rocío.
Todo el panorama es como ver una fantasía hecha realidad.

- wow - murmura Liz a mi lado diciendo exactamente lo que estoy pensando.

- chicas escuchen - nos dice kirito quitando nuestra atención del entorno. - no hablen a menos que se lo pidan, contesten sólo lo que les pregunten y asegurense de decir la verdad -

Liz y yo lo observamos con ojos asustados.

- tranquilas estarán bien, confíen en mi -

- espera, ¿tú no estarás presente? - le preguntó entrando en pánico.
creí que el estaría a mi lado apoyándonos.