「Día 5」
Ya íbamos por el quinto día; me daba un poco de pereza volver a levantarme otro día para abrazarla dos segundos e irme.
Suspiré derrotado, empecé a salir de la cama de mi amante.
— ¿A dónde irás? —me preguntó somnolienta.
—Debo hacer un trabajo—comenté arreglándome.
— ¿Volverás? —preguntó sentándose en la cama.
—Obviamente—comenté dándole un beso.
Salí de la casa para dirigirme a la dirección dada por Hanji.
Al llegar al lugar, noté que era un gran parque con bancos y juegos. Me acerqué a donde estaba ella para así sentarme a su lado.
—Ya llegué, acuerdat... —me interrumpió sin dirigirme la mirada.
—No tienes tiempo—terminó por mí.
Siempre le decía lo mismo cuando hacíamos los abrazos, para irme más rápido claramente.
—Ten—me dio un tupper azul y se acercó dándome un abrazo de varios minutos.
No quise tocarla; cuando se separó de mí, se fue sin decir nada. Me levante y mire el tupper, siempre me traía la comida.
Suspiré y empecé a tirar el alimento a la basura incluyendo el objeto, para irme con las manos en los bolsillos.
「Día 15」
Ya van quince días con este juego, cada vez quiero ir a ver los diferentes lugares.
Hace unos días me hizo abrazarla en una iglesia, hoy quién sabe qué hará.
Me dirigí con el auto hacia un ¿Hospital? Suspiré desganado entrando al lugar, era normal ya hacer estas cosas absurdas.
Camine hacia a ella, estaba sentada con otro tupper entre sus manos.
—Ya llegué—comenté desinteresado.
Ella solamente me entregó el tupper, me abrazó fuerte y se fue sin decir nada.
Abrí el compartimiento: era mi comida favorita. Suspiré nuevamente, si tuviera que contar cuántas veces suspiro al verla, perdería la cuenta. Me fui al auto sin tirarla para empezar a comerla allá, mi nueva pareja se le había olvidado darme alguna vianda para comer estos días. Me recordaban muchas cosas esos diferentes sabores que pasaban por mi boca.
「Día 20」
Iba corriendo, se me hacía tarde para encontrarme con ella. No había comido nada, y el día estaba horriblemente frío.
Llegué a un muelle, donde se suponía que nos encontraríamos. Me quede viendo el mar. Me hizo recordar que su padre trabajaba aquí.
Un peso entre mis hombros me quitó de mis pensamientos.
—Perdón por llegar tarde—comenté rápidamente al girarme.
—Tranquilo—comentó ella con una sonrisa.
Me quedé quieto mientras me colocaba bien un saco y una bufanda que había dejado en casa.
Sin decir más, la abracé. Sí, la abracé yo.
Ella se sorprendió ante tal acto, que al tiempo me correspondió el abrazo. Se sentía tan bien hacerlo. Sentir el aroma a su shampoo en mi nariz, el calor de su cuerpo junto al mío. ¿Por qué estás pequeñas cosas me hacían sentir bien?
Se separó y miro al mar con melancolía.
—Me debo ir—comentó a los minutos para retirarse.
Sentía un pequeño dolor en mi corazón, no quería que se fuera pero tampoco quería que se quedara.
「Día 29」
Vamos Levi, solamente quedan tres días y ya podrás estar con tu chica. Me mentía yo solo.
Miré el reloj, y fui corriendo hacia el lugar acordado. Era una secundaria, fruncí el ceño al verla. Ninguno de los dos asistimos aquí, solo era el camino que tomaba de joven para ir a mi secundaria.
Me acerque a ella, estaba con el pelo trenzado y su hermosa piel pálida.
—Hola Hanji—dije con una leve sonrisa.
—Hola Levi—saludó ella con su característica sonrisa que me enamoraba.
Ahora que veía bien, tenía esos hermosos ojos miel que me atraparon desde el primer momento que la vi, su hermosa sonrisa y hasta sus respiraciones amaba.
Me sentía un patético adolescente enamorado.
Sin decirnos más, nos abrazamos.
Duró mucho más que los días anteriores, no quería separarla de mí. Su calor me reconfortaba, amaba ese lindo sentimiento que me producía abrazarla, me sentía como el yo del pasado, que esperaba horas y horas a que fuera la hora de reencontrarnos.
—Ten—me entregó un tupper pequeño, extrañaba sus comidas desde ayer.
—Gracias, ¿Quieres tomar algo? —pregunté como excusa para que no se fuera.
—No gracias, debo irme—dijo para después retirarse.
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Hugs ❥ʟᴇᴠɪʜᴀɴ
Fanfiction┇HUGHS┇ ❝¿Qué necesitas para darte cuenta qué es lo que amas?❞ A veces los abrazos no son suficientes, pero si necesarios para mantenernos en pie. Otras veces son como dagas, que entran en nuestro corazón sin piedad al recordarlos. Solo tendrán que...