Entonces intento correr

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Hace un mes

-un americano y un croissant- señaló en el menú y la empleada se apresura a escribir para después salir disparada a entregar la orden.


Colocó de nuevo los audífonos en mis oídos y me recargo sobre la ventana a mi izquierda, estoy tan cansado que incluso podría dormir sobre el suelo y lo encontraría cómodo. En el último mes he tenido ocho contratos, dos por cada semana aún no sé cómo lo hice pero de un momento a otro las llamadas llovieron y solo pude aceptar, después de todo un poco de dinero extra no esta de más.


Me concentro en la música y estoy tan relajado que pego un brinco cuando una llamada entra, abro los ojos y leo su nombre en la pantalla, suelto un suspiro y vacilo un momento antes de contestar, sin embargo no digo nada y espero a que hable.


-mm...Jungkook...¿hay alguien ahí?- su voz suena tan cerca de mis oídos que me hace pensar en la relatividad de la distancia, esa que algunas veces me hace sentir tan lejos de él a pesar de estar en la misma cama.


-aquí estoy, habla ¿qué pasa?- oigo como camina y se escucha música al fondo.

-oh, me asustaste pensé que era el buzón de voz. Como sea, hablaba para preguntar ¿en cuanto tiempo llegas?, estoy preparando hot cakes y esta mañana fui por un poco de fresas así que podemos hacer un batido.


Observo algún punto en la ventana y sin mucho esfuerzo pronunció las palabras que mi cerebro dicta, aniquilando al órgano que ahora solo late para oxigenar mi cuerpo.


-no puedo, saldré tarde del trabajo llamaron de otra empresa y creo que pasare a visitarlos antes de ir a casa- escucho como la música al fondo se detiene y suelta un suspiro.

-es que yo supuse que vendrías, hace tres días que no te veo, yo solo pensaba que tal vez tú podrías...-hace una pausa y estoy rogando porque lo pida, no era consiente de cuánto necesitaba esto hasta que el café y el pan sobre mi mesa me parecen migajas, restos de algo que podría ser mejor.

-olvídalo, será otro día y suerte con el nuevo contrato.


Mi esperanza muere tras esas líneas y de nuevo caigo a la realidad en forma de mañanas con desayunos callejeros, noches con cenas en cualquier lugar y tardes abrazado a su almohada mientras engaño a mi cuerpo deseando que las fibras tomarán forma de tejidos y me devolvieran el abrazo.

-lo siento... Será otro día.


Cuelgo antes de que diga algo más, saco los audífonos de mis oídos y tomó un gran sorbo de mi café, el líquido es casi tan amargo como el bulto en mi garganta que planeaba aniquilar y es que ya no se desde cuando he intentado llegar a ese otro día, ese donde voy a compartir batidos de fresa y el puesto contrario en la mesa no estará vacío.


Me intento convencer que solo estoy muy ocupado, que necesito todos esos contratos, que no estoy evadiendo la situación, pero lo cierto es que en el último mes había ganado el triple de lo que regularmente ganaría, pero también había perdido el triple de peso y ni se diga de las horas de sueño y en definitiva estaba evitando la situación, pero es que solo el hecho de ver a Taehyung me remonta a la acera contraria durante la madrugada de un jueves y yo solo... no puedo soportarlo.

A piece of my heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora